Llega el verano y, con él, las comidas fuera de casa. Podríamos pensar que esta es la excusa perfecta para no cuidar nuestra alimentación, pero no es así. Una alimentación saludable es aquella que nos aporta los alimentos necesarios para mejorar o mantener nuestra salud, fundamental para poder disfrutar de una vida activa y de las tan esperadas vacaciones. Además de ser saludable, tiene que ser equilibrada, conteniendo la cantidad y proporción de elementos necesarios para garantizar nuestra salud.

A la hora de comer en un restaurante, saber los ingredientes y la forma de preparación de un plato es fundamental para conocer los nutrientes que nos puede aportar y elegir nuestro menú. La pirámide de la alimentación nos ayuda a saber los alimentos y cantidades que han de consumirse para seguir una correcta alimentación.

Disfrutar de la comida en uno de nuestros Restaurantes contra el Hambre es un momento tan bueno como cualquier otro para poner en práctica estas recomendaciones, de manera que mantengamos una alimentación equilibrada a la vez que ayudamos a que personas que lo necesitan tengan un plato en la mesa.

Una vez que conocemos los ingredientes, podemos pasar al “método del plato”. Este método consiste en distribuir los alimentos de una misma comida de una manera equilibrada, de manera que obtengamos todos los nutrientes necesarios allí donde estemos.

La bebida es una parte fundamental, sobre todo en verano y con las temperaturas con las que nos estamos encontrando. La bebida más importante es el agua, que nos mantiene hidratados, no contiene azúcares ni edulcorantes y es la más saludable. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda beber entre 2 y 2,5 litros de agua al día. Sabemos que esta recomendación no siempre se cumple, pero si tenemos que elegir otras bebidas mejor decantarnos por las infusiones o los zumos de fruta naturales. Es importante que a ninguna de ellas se les añada azúcar.

Respecto al azúcar, la OMS recomienda no pasar de 25Gr al día, unas 6 cucharaditas de postre. En verano con los helados, los batidos, aguas de sabores… podemos encontrarnos con una gran cantidad de azúcar añadido, el cual no es necesario ni saludable. Mantener un equilibrio y compensarlo con actividad física puede hacer que lo que un día es un capricho no se traduzca en un mal hábito.

Qué mejor plan para este verano que disfrutar de una comida solidaria, saludable y equilibrada en un Restaurante Bueno.