El viaje

A comienzos de junio nos embarcamos con el violinista Ara Malikian en un viaje al Líbano. Allí recorrimos con él los asentamientos en los que viven miles de familias sirias refugiadas.

Ara Malikian nació en Líbano y tuvo que huir de la guerra civil en este país cuando tenía solo 14 años. En este viaje tuvo la oportunidad de visitar su casa y su barrio, Hamra, y reencontrar a algunos de sus vecinos. Recordó con ellos las largas noches escondidos en el garaje de su casa mientras caían las bombas: “Yo también fui un refugiado. Pero pude estudiar y trabajar. Tuve ayuda y hoy quiero darla, y también pedirla, para los refugiados”.

No he visto a los niños llorar, pese a la dureza de la situación. Esto me ha impresionado”, son las palabras de Ara Malikian tras pasar cinco días en el valle de la Bekaa, cerca de la frontera con Siria, donde Acción contra el Hambre asegura agua y alimentos a 200.000 refugiados sirios.

“Cuando llegaba no encontraba palabras. No podía preguntarles cómo estás o cuánto tiempo llevas aquí, todo me parecía superficial. Mi violín me ayudó mucho. Cuando empezaba a tocar ellos se acercaban, reían, bailaban, compartíamos… este es el poder de la música”, explica Malikian.

“Acción contra el Hambre está salvando vidas desde hace cinco años. Los refugiados, en cualquier parte del mundo necesitan alimentos, agua y refugio para sobrevivir. Pero siguen necesitando mucho más. No podemos mirar a otro lado. Tenemos que ayudarles”, asegura.