“El apoyo emocional a madres evitó una crisis nutricional tras el tifón en Filipinas”

“El apoyo emocional a las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia tras el tifón Haiyan frenó muchos casos de desnutrición en Filipinas. El bloqueo de sus emociones, la ansiedad y el sentimiento de culpa las anestesió e impidió que dieran el valor suficiente a las necesidades de sus hijos. En las tiendas de Acción contra el Hambre encontraron un lugar donde expresar su angustia y sus miedos, donde poder amamantar a sus hijos con tranquilidad y donde tejer lazos de soporte con otras mujeres”. Así ha resumido esta mañana en un encuentro informativo en Barcelona la psicóloga Núria Diez los resultados que ha tenido el apoyo psicosocial y de cuidados básicos ofrecido por Acción contra el Hambre a las mujeres y bebés afectados por el tifón Haiyan en Filipinas.

Diez ha pasado el último año en Tacloban, la zona más golpeada, coordinando este programa que, desde su puesta en marcha en noviembre de 2013, ha atendido a 16.561 mujeres en 85 las tiendas instaladas por Acción contra el Hambre con la financiación de Unicef. Las tiendas son espacios protegidos en los que se promueve la lactancia materna y buenas prácticas nutricionales en contextos de conflicto o estrés post-traumático.

La delegada de Acción contra el Hambre en Cataluña, Natalia Anguera, destacaba ante los medios, la necesidad de rendir cuentas del trabajo realizado gracias a la solidaridad manifestada por instituciones, empresas y ciudadanos en esta crisis y “de hacerlo poniendo el foco sobre un aspecto poco conocido de las emergencias: el bloqueo emocional y las consecuencias devastadoras que esto puede tener en el corto plazo sobre la nutrición”.

La psicóloga catalana ha recordado la ansiedad, el pánico, el insomnio, la culpabilidad y la ruptura del apego madre-hijo como los principales síntomas psicológicos que padecían las mujeres en los momentos posteriores a la catástrofe. “Llegaban con mucha ansiedad. Cualquier cambio meteorológico las hacía entrar en pánico. Muchas de ellas sentían culpabilidad por no haber reaccionado antes o por no haber acudido a los centros de refugio, por ejemplo; y a causa del estrés, no eran capaces de atender plenamente a las necesidades de sus hijos y eso afectaba incluso a la lactancia”, señala Diez.

“La ayuda psicosocial en los primeros meses consistió –ha explicado-, en estabilizarlas emocionalmente. Se trataba de darles la oportunidad de expresar lo que sentían, sus miedos, puesto que la sociedad filipina no está acostumbrada a hablar de lo negativo. Y trabajamos para darles un espacio donde tener tiempo de calidad con sus hijos y un sitio limpio para amamantarles, para que no tuvieran que darles el pecho mientras esperaban en la cola del reparto de alimentos”.

Acción contra el Hambre ha atendido de forma directa a las mujeres afectadas mediante atención individual y actividades de grupo, como técnicas de relajación, arte-terapia, talleres sobre cómo jugar con sus hijos, darles masajes o contarles historias así como formación sobre nutrición, salud, embarazo, parto... En los últimos meses se ha trabajado para que esta atención psicosocial se ofrezca en los centros de salud, servicio antes inexistente, mediante formación a médicos, enfermeras y personal sanitario local. Desde noviembre ya está en marcha este servicio.

Un año después, hora de aceptar lo que pasó

Un año después del tifón, la población ha retomado su vida. “Están en un periodo de aceptar lo que ha pasado. Tienen aún síntomas pero menos intensos. El pánico ha dejado paso a la ansiedad y ahora se sienten más fuertes para reaccionar ante una emergencia”, apunta Diez.

“La gente ha entendido la necesidad de hablar de sus sentimientos, cómo ayuda llorar, cómo ayuda enfadarse... Y las mujeres, encargadas tradicionalmente de educar a su familia, han enseñado eso a sus maridos, a su comunidad. Ver estos resultados ha sido gratificante”, añade.

La intervención de Acción contra el Hambre en Filipinas

    • - 320 profesionales de Acción contra el Hambre trabajando en la emergencia.
    • - Volumen de proyectos de Acción contra el Hambre: 25 millones €.
    • - 555.375 personas han recibido la ayuda de Acción contra el Hambre.
      • - Seguimiento nutricional de 99.469 niños, 728 niños tratados de desnutrición aguda severa.
      • - 69.731 beneficiarios de las distribuciones de suplementos nutricionales para tratar y prevenir la desnutrición.
      • - 16.561 mujeres embarazadas y en periodo de lactancia reciben apoyo psicosocial en 85 tiendas para cuidados infantiles.
      • - 46.915 personas consiguen acceso a agua segura, 5.544 letrinas construidas, 79.171 personas participan en sesiones de promoción de higiene.
      • - 116.355 personas reciben 23.271 kits de agua, 111.215 personas reciben 22.243 kits de higiene, 76 puntos de agua rehabilitados para 23.644 personas.
      • - 50.650 personas reciben apoyo para reconstruir sus medios de vida, 141.930 personas reciben transferencias monetarias para recuperar medios de vida, 49.000 personas reciben transferencias monetarias para cubrir sus necesidades básicas.

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