¿El dinero da la felicidad?

 

 

¿Se puede comprar la felicidad?

¿Es cierto que cuanto más dinero tengamos más felices seremos? ¿Cuántas veces has escuchado “el dinero no da la felicidad, pero ayuda a conseguirla”? Pues parece que ahora hay pruebas y evidencias científicas de que efectivamente, el dinero si puede concedernos la felicidad. Pero no es el dinero en sí lo que nos hará felices, sino el uso que hagamos del mismo. Esto es justamente lo que nos explica Michael I. Norton, profesor adjunto de Marketing en la Universidad de Harvard en su libro “Happy money”.

¿Cómo invertir nuestro dinero para ser felices?

Tendemos a pensar que el dinero nos hará felices si lo gastamos en nosotros mismos y conseguimos más y mejores productos. Sin embargo parece que no es así. Probablemente nos hará sentir mejor justo después de la compra, pero es una sensación agradable y pasajera, que no podemos comparar con la felicidad. El dinero nos hace ser felices cuando lo invertimos en los demás. Cuando ayudamos a un amigo o familiar que atraviesa un mal momento, cuando colaboramos con una ONG y hacemos posible que un niño en Mali reciba un tratamiento nutricional o cuando compramos un regalo para alguien. Lo importante no es en qué se gasta, sino hacerlo en los demás. Parece que no es tan complicado ser felices y que tampoco hay que hacer nada muy extraordinario para conseguirlo. Somos una especie social, es decir tendemos a relacionarnos en un grupo y cuando ayudamos a los demás reforzamos nuestra posición dentro del mismo. Interactuando de esta manera, además de relacionarnos conseguimos un impacto positivo en los demás y esto nos reconforta mucho. La gente que no comparte nunca o no tiene comportamientos altruistas tiende a generar más cortisol, la hormona del stress, esto les hace menos felices y es probable que tengan también más problemas de salud.

Donar no sólo beneficia a los demás

Cuando eres altruista, cuando haces cosas por los demás y cuando inviertes tu dinero en mejorar la vida de otros, no sólo beneficias a la sociedad sino también a ti mismo. Como siempre, queremos darte las gracias por ayudarnos, por hacer posible que millones de personas en el mundo que ni siquiera conoces, tengan una vida mejor y puedan ser un poco más felices. Parece que a veces sí es cierto aquello de que recibes lo que das. Si quieres un poco de felicidad extra y corroborar los beneficios de ayudar a los demás: