Necesitamos agua potable

foto1 Nuestros equipos en el Kurdistán están instalando letrinas, distribuyendo agua potable y kits de higiene para las familias desplazadas en el campo de Garmawa. El objetivo es prevenir la degradación del entorno sanitario y el brote de enfermedades relacionadas con el agua contaminada. En los próximos días, entregaremos más agua potable y equipos de saneamiento de emergencias para las familias desplazadas que han huido de la violencia en la región de Mosul.

En una semana, cientos de miles de personas han huido de Mosul y de la gobernación de Anbar y ahora están haciendo frente a las duras condiciones de vida. Algunos, se están quedando en colegios, mezquitas, en edificios sin acabar o con familiares. Otros viven en campos temporales como el que está en Garmawa y donde interviene Acción contra el Hambre.

Todos ellos necesitan urgentemente agua, refugio, comida y atención sanitaria. La población en el campo de Garmawa está creciendo rápidamente. La nueva situación y las malas condiciones higiénicas aumentan los riesgos de contraer diarrea y, por ende, riesgo de deshidratación. La falta de medios y de capacidad de aprovisionamiento, y el cambio de vida de la población y su entorno están llevando a la gente a adquirir malas prácticas. Vivir en un campo es una realidad a la que estas familias nunca antes han hecho frente. Del mismo modo, las altas temperaturas (por encima de los 50C °) requieren una atención especial, sobre todo para las personas más vulnerables como niños pequeños, mujeres embarazadas y lactantes, y gente mayor.

"Necesitamos agua potable, porque no queremos que nuestros hijos se pongan enfermos”, comenta un hombre al equipo de Acción contra el Hambre mientras arreglan un grifo de una de las fuentes instaladas. “¿Cómo es posible estar sanos cuando convives con seis personas en la misma tienda de campaña, en medio de la nada y a más de 50 grados sin agua limpia ni baños de verdad?” La mayoría huyeron con las pocas cosas que pudieron cargar o llevar en el coche. El aire ardiente trae arena y barro al campo. La ropa se mancha con facilidad y las personas sudan mucho en las tiendas, lo que puede acarrear enfermedades de la piel.

En estas difíciles condiciones, la higiene es más importante que nunca, pero también es más difícil de mantener más aún sin jabón o instalaciones. Nuestros equipos han instalado las primeras cuatro letrinas y un tanque de agua. Se han contratado trabajadores en el campamento para llevar a cabo el trabajo de instalación. Así, estos hombres se mantienen ocupados y consiguen algo de dinero. Además, con el apoyo de Unicef, las familias tienen acceso a agua potable y reciben kits de higiene. foto2En estos kits de higiene hay jabón, detergente, compresas, papel higiénico, cajas de jabón, cepillos y pasta de dientes, y otros cosas de higiene personal. Las personas podrán lavarse las manos, su ropa, ducharse, se sentirán mejor y el riesgo de contraer enfermedades disminuirá”, explica Morshed, responsable del programa de agua, saneamiento e higiene que coordina esta distribución. Con su experiencia, sabe que la distribución debe hacerse con correctas instrucciones sobre el material y sobre promoción de la higiene.

Al principio, la población no sabía cómo usar, por ejemplo, las pastillas para purificar el agua que recibieron. No estaba acostumbrada a ellas ya que en sus casas podían beber agua del grifo. Tan pronto como el equipo terminó de instalar los grifos, niños y adultos se reían y aplaudían mientras se lavaban las manos y se refrescaban. El campo de Garmawa, con una capacidad para albergar a 10.000 personas, necesitará más instalaciones de saneamiento. En los próximos días, Acción contra el Hambre instalará más tanques de agua y letrinas. Esto traerá más agua potable lo que reducirá el riesgo de enfermedades para las familias desplazadas en el campo pero también para las comunidades de acogida.

   

Comparte esta entrada