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Historias

Cinco cabras por un saco de mijo

 

La desnutrición en Malí era una desconocida.

Alrededor del 80% de los malienses viven de lo que la tierra les ofrece: dependen de lo que el clima tiene reservado para ellos.
Muchas de estas personas son nómadas o seminómadas. La ganadería es muy importante para ellos, ya que les provee de leche y de comida. La desnutrición en Malí no era muy habitual. Los niños podían contar con el acceso al alto valor nutritivo de la leche de los animales. Sin embargo, en 2009 la temporada de lluvias llegó un mes y medio más tarde de lo normal, creando una situación de emergencia humanitaria.

Los efectos del cambio climático

No sólo las lluvias llegaron tarde, sino que además eran erráticas. Algunas zonas fueron inundadas, mientras que en otras, a solo unos pocos kilómetros de distancia, no caía ni una sola gota. Uagadugú, la capital de Burkina Faso, sufrió inundaciones como nunca se habían visto, mientras que en la región de Sahel se sufría una gran sequía. Los ganaderos y agricultores en el Sahel, una franja semiárida entre el desierto del Sáhara y el húmedo trópico del sur, desde siempre dependen de las lluvias que caen una vez al año, pero sus medios de subsistencia se han visto severamente perturbados. Los pastores del Sahel se vieron duramente afectados por la “gran” sequía de la década de los 70 y por periodos de sequía en los años 80 y 90.

La destrucción de los medios de vida de la población

Los desplazamientos de los ganaderos se vieron seriamente restringidos, concentrándose cada vez más alrededor de lagunas temporales y algunos pozos. Y, según los agricultores de Gao, al este de Malí, los animales del ganado están muriendo en gran número. Los agricultores intentaron comprar comida para sus animales y compensar la falta de pastos, pero descubrieron que sus precios se habían cuadruplicado. Muchos intentaron vender sus animales antes de que murieran, pero el exceso de oferta creó un colapso en los precios. En el verano de 2009 Mohammed Al Karim tuvo que vender cinco cabras para comprar una sola bolsa de mijo. Además, se verificó un aumento en el precio de los alimentos. El coste de una bolsa de arroz llegó a ser de más de 30 euros en un país en el que la mayoría de las personas vive con menos de dos euros al día.

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