Crisis en Irak: "La ayuda humanitaria debe estar garantizada y fortalecida"

El destino de la población que se ha visto obligada a abandonarlo todo huyendo del conflicto y la situación en el país plantea muchos problemas: la falta de interés de la comunidad internacional, la falta de financiación, dificultades de acceso y nuevas oleadas de desplazamientos, que hacen temer que se produzca un escenario muy volátil.
El pasado 4 de junio, las Naciones Unidas hicieron un nuevo llamamiento a la comunidad internacional para respaldar con financiación las inmensas necesidades humanitarias en Irak, donde más de 8 millones de personas necesitan ayuda de emergencia.

Necesidades en aumento y una financiación insuficiente
A finales de mayo, menos del 40% de los fondos necesarios fueron cubiertos y el impacto que supusieron los recortes presupuestarios ya se hizo notar entre numerosas familias. Cada mes, Acción contra el Hambre distribuye alimentos y cupones alimentarios a cerca de 190.000 personas. La ayuda, puesta en marcha en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos, se ha reducido a la mitad desde mediados de abril. El peso de las raciones se ha disminuido de 65kg a 34,5kg mientras que el valor de los cupones mensuales se ha rebajado de 30.000IQD a 19.000IQD (15 € por persona). Sin la financiación necesaria y el aumento de los recortes, se teme que el número de desplazados en el país nunca haya sido tan alto, cerca de 3 millones.  En estos momentos, la prioridad de los donantes debe ser la entrega de fondos para responder a esta emergencia humanitaria, de manera y basada en las necesidades de la población.

En la Conferencia de París del pasado 2 de junio, 24 delegaciones estatales reafirmaron su compromiso militar y político para luchar contra el Estado Islámico. Este conflicto hace que cada día se produzcan nuevas víctimas (más de 5.000 muertos y heridos cada mes desde el comienzo del año) y nuevos desplazamientos. Sin embargo, la comunidad internacional parece centrarse más en una ayuda con fines políticos y militares, que apenas satisfacen las necesidades de todas las comunidades, sea cual sea su estatuto, su etnia o religión. La asistencia humanitaria debe ser garantizada estrictamente para ayudar a los más vulnerables y no añadir más tensiones a las ya presentes.

Las dificultades de acceso y la politización de la asistencia humanitaria
Dadas las inmensas necesidades, acceder a la ayuda sigue siendo un desafío constante y a veces insalvable para miles de personas, ya sea por los combates, por las tensiones entre las comunidades que impiden cualquier movimiento, o bien para intentar acceder o bien para regresar a las zonas seguras, o por los cuellos de botella administrativos.

En la gobernación de Anbar, donde la población desplazada ha aumentado un 13% en unas pocas semanas, el acceso sigue siendo muy difícil para las ONG internacionales, que no pueden contar con las estructuras locales con escasos recursos logísticos y humanos.

La volatilidad de la situación y el riesgo de nueva afluencia de desplazados
En la gobernación de Ninewah, donde Acción contra el Hambre ha estado trabajando durante casi un año, la entrega de ayuda también sigue siendo compleja en zonas cercanas a Tilkaif y Mosul. La organización se está preparando para desplegar la ayuda de emergencia en caso de nuevos desplazamientos y para garantizar que todos tengan acceso a la ayuda, según sus necesidades. “Mosul es la ciudad más grande del norte de Irak. Su población se estima en cerca de 1,3 millones de habitantes. Si se producen enfrentamientos, cientos de miles de personas tendrán que huir, sin nada. Nos estamos anticipando y dándonos a conocer entre las autoridades locales, para responder a las necesidades del mayor número posible de familias en unas pocas horas”, señala Ann Reiner, coordinadora de la respuesta en colaboración con el Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO). La organización ha intensificado las reuniones con las autoridades locales para asegurar el acceso a los diferentes pueblos cerca de la línea del frente.

Las evaluaciones llevadas a cabo por la organización para conocer la capacidad de los mercados locales, la capacidad de los comerciantes para almacenar alimentos suficientes en caso de afluencia masiva de la población, la calidad de las redes de agua o la voluntad de la población de estos pueblos de acogida ante la masiva llegada de desplazados, muestran resultados muy dispares. Algunas comunidades todavía están recuperándose de las atrocidades experimentadas en el verano de 2014 y se muestran poco dispuestas a ofrecer asistencia a las personas de otros grupos étnicos, que son percibidos como si hubiesen estado relacionados con los abusos que sufrieron. Otras están a favor, pero su apoyo es limitado ya que sus recursos económicos se han visto profundamente afectados desde el verano de 2014. La mayoría de las comunidades insisten: sin el apoyo del gobierno y de las organizaciones humanitarias, la asistencia que pueden ofrecer a  los desplazados es muy limitada.

Acción contra el Hambre en Irak

• Apertura de la misión: 2013
• Número de empleados: 274
• Áreas de intervención: gobernaciones de Dahuk, Erbil, Suleimaniya, Ninewah y Diyala
• Número de beneficiarios dentro y fuera de los campamentos (distribución de alimentos, de agua, saneamiento e higiene, prácticas de salud y de cuidado, y  apoyo psicosocial): +/- 300.000 cada mes
• Número de campamentos de desplazados en los que trabaja la organización: 6 (Qadiya, Chamisku, Sheikhan, Esyan, Garmawa, Taraz De)
• Número de campamentos de refugiados sirios en los que trabaja la organización: 6 (Gawilan, Darashakran, Qushtapa, Kawergosk, Basirma, Akre)