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Crisis Siria: ¿Qué futuro les espera?

 

Tras cuatro años, los niños continúan sin ir a la escuela.

Guiándose con su ojo bueno, Abu Abbas coloca el cenicero sobre la alfombra. Un niño corre alrededor de la tienda de campaña. A su derecha, una ventana cortada en la placa de madera aglomerada que sirve de pared. La lluvia de la noche anterior ha dejado un barro espeso. Algunos niños están descalzos. Podría dar la impresión de que van equipados con raquetas de nieve por el lodo acumulado en sus pies. Abu Abbas mira hacia arriba, mira a los niños que juegan fuera, toma un sorbo de té caliente y luego comienza su historia con una voz suave.

Abu Abbas es de Khanasir, de los suburbios del sur de Alepo. Antes, daba clases allí, pero eso era cuando había una escuela y alumnos. También había agua y electricidad, pero eso era antes de que bombas y cohetes golpearan la ciudad. Atrapado entre las diferentes partes en el conflicto, entre los saqueadores y las víctimas, Abu Abbas se marchó. “No era seguro en absoluto, podías morir en cualquier momento. Teníamos que conseguir un lugar seguro y a salvo para nuestros hijos. Bombas que caían del cielo, todo el mundo estaba en peligro, podríamos haber perdido la vida.”

Abu Abbas y su familia viven con otras treinta en un pequeño campamento instalado en terrenos privados, en Dal Hamiye, en el valle de la Bekaa, al este de Líbano. Por poco más de 350 euros anuales, alquilan un terreno para la tienda de campaña construida con materiales reciclados. Para el resto, dependen principalmente de las organizaciones humanitarias.

Aquí, en este pequeño campamento, aislado, Acción contra el Hambre ha instalado letrinas y sistemas de agua, mientras las necesidades no paran de surgir. “La relación con los libaneses se ha complicado tras lo sucedido en Arsal (soldados libaneses fueron secuestrados por grupos armados, y otros fueron asesinados). Cuando se trata de trabajar no hay problema, pero para nada más. Además, los jóvenes no tienen ninguna ocupación y esto puede ser peligroso. Si los niños no van a la escuela durante meses, ¿qué futuro les espera?”

Algunos hombres vuelven de la cercana ciudad de Zahle, frustrados. Cada mañana esperan en una parada de camiones en una rotonda cercana con la esperanza de encontrar trabajo pero no siempre hay suerte. Con la llegada del invierno no hay trabajos de temporada.

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