De la destrucción a dormir en las calles de Katmandú

Después del terremoto, DilKumar Thapa Magar, de 30 años, y su familia huyeron de Sindhupalchok, salvaron la vida a pesar de que toda su casa y la granja que mantenían fue completamente destruida. Tras avanzar, por una carretera en pésimo estado, ya en Katmandú se reunió con su cuñada, Manisha Gurung, que había llegado desde el valle Gorkha, dejando a su marido allí, al cuidado de los restos de su malograda casa. Una semana después de la catástrofe, siguen viviendo en la calle, en una carpa improvisada, cerca del centro y de la zona más turística, absolutamente expuestos a la intemperie, sin ropa limpia, comida y ni agua suficiente. En unas pésimas condiciones.

Tienen miedo de regresar a su aldea, que fue violentamente sacudida por el temblor hasta destruir el 90% de las infraestructuras y el lugar donde se ha concentrado un mayor tasa de mortalidad en esta catástrofe.

Tras estos primeros días en los que hemos estado organizando todo el material y cubriendo necesidades de gente en Katmandú, mañana, un equipo de Acción contra el Hambre partirá precisamente hacia la región de donde ha huido Dilkumar, hacia Chautara, la principal población de Sindhupalchok y el lugar donde terminan las carreteras. Nuestro equipo de nutrición hará de avanzadilla, para llevar asistencia nutricional especialmente para bebés, madres en lactancia, niños de hasta cinco años y las personas más vulnerables. Trabajaremos en colaboración, codo con codo, también con un equipo de Médicos del Mundo, que dará cobertura médica y tratará las heridas e infecciones de estas poblaciones aún no contactadas y sin asistencia. También estará con nosotros Solidarité Internationale, que ofrecerá soluciones de agua e higiene. De este modo, en estrecha colaboración, con un equipo ligero -que deberá ser autosuficiente y dormir a la intemperie- lograremos cubrir de forma eficaz las necesidades de esta población tras el terremoto.