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Dos de cada tres niños desnutridos padecen enfermedades relacionadas con el agua

21/03/16

Dos de cada tres niños desnutridos padecen enfermedades relacionadas con el agua

 

22 de marzo: Día Mundial del Agua

El impacto del agua y el saneamiento en la nutrición

Existe una estrecha relación entre el acceso deficiente al agua y la desnutrición: el 66% de los niños y niñas que siguen un tratamiento de recuperación nutricional padece o ha padecido enfermedades de origen hídrico. La diarrea, que mata cada año a más de 750.000 niños menores de cinco años, es uno de los principales factores desencadenantes de la desnutrición aguda.

Actualmente, millones de personas no tienen acceso a instalaciones sanitarias básicas ni a agua de calidad y no desarrollan prácticas de higiene, lo que origina diversas enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea aguda, la neumonía, la disentería, la presencia de parásitos intestinales y el cólera. En consecuencia, cada año millones de personas, la mayoría de ellos niños, mueren por enfermedades de origen hídrico. Primero se debilita el sistema inmunitario, lo que impide retener los nutrientes y conduce a situaciones de desnutrición.

Solo la diarrea, una de las cinco principales causas de mortalidad en niños menores de 5 años, mata a cerca de 750.000 niños menores de cinco años cada año, más de 1.600 niños al día. El 60% de las muertes por diarrea podrían evitarse, ya que son causadas ​​por el acceso indebido a agua, a alimentos contaminados, a la falta de saneamiento y a malas prácticas de higiene.

Así, muchos niños y niñas no tienen más opción que beber de fuentes de agua insalubre y cuando el agua potable es accesible, lo es en muy pequeñas cantidades, limitando las posibilidades de prácticas higiénicas. A su vez, el tiempo que se invierte en ir a por agua o padeciendo una enfermedad relacionada con el agua limita las oportunidades para recibir una educación.
Todo ello conlleva al deterioro de la salud, el bienestar y la situación económica de la población. En este contexto, aproximadamente un 50% de la desnutrición materno-infantil se debe a problemas de salud como la diarrea y las infecciones intestinales provocadas por una baja calidad del agua y un ambiente no saneado.  

Agua, saneamiento e higiene contra la desnutrición

Dos tercios de los niños a nuestro cuidado en los centros nutricionales sufren enfermedades transmitidas por el agua”, señala Pablo Alcalde, responsable de agua, saneamiento e higiene de Acción contra el Hambre. “Ante esta situación, desde nuestra organización hemos desarrollado la estrategia Wash-in-Nut, que busca la integración sistemática de un paquete mínimo de agua, saneamiento e higiene en los programas de tratamiento de la desnutrición, ya que este tipo de intervenciones están demostrando ser una pieza clave para reducir el riesgo de desnutrición infantil, especialmente durante los primeros 1.000 días del recién nacido”.

Costes y beneficios económicos de las intervenciones de agua, saneamiento e higiene

La construcción de letrinas y baños para evitar la contaminación del ambiente, la promoción de prácticas de higiene como lavarse las manos o de espacio libres de heces para el ocio y la alimentación de la infancia, han demostrado ser intervenciones eficaces frente a la prevención de enfermedades e infecciones de origen hídrico que afectan a la absorción de nutrientes. Los beneficios de las intervenciones de agua no son sólo nutricionales y de salud. La mayor cobertura y la mejora del acceso al agua y al saneamiento revierten en beneficios económicos.

Así, según la Organización Mundial de la Salud, por cada dólar invertido en saneamiento se recuperan cinco y se obtiene el doble por cada dólar invertido en mejorar el acceso al agua. Por tanto, además de los beneficios de las intervenciones de agua, saneamiento e higiene en el estado de salud y en la nutrición, reportan beneficios que impulsarían el crecimiento económico de las regiones en vías de desarrollo. Así se estaría incidiendo en una de las causas básicas de la desnutrición y mortalidad materno-infantil: la estructura económica. 

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