“El refugio libanés es cada vez más reducido para más de un millón de sirios”

“La reciente decisión de revertir el registro de más de 2.500 sirios en Líbano no solo tiene graves implicaciones para estas personas, sino también para los nuevos refugiados que quieran entrar en el país y para los que ya estaban dentro de Líbano sin haber sido registrados”, explica Jean-Raphäel Poitou, responsable geográfico de Acción contra el Hambre para Oriente Próximo. “A medio plazo esto podría tener un impacto también en el 1,2 millones de refugiados ya registrados por el ACNUR, si el Gobierno libanés decidiese no renovar sus permisos. La pérdida del estatus de residencia válida expondría a estas mujeres y hombres a un mayor riesgo de detención, arresto y deportación, incrementando sus limitaciones de movimiento. Esto empujaría a más personas a buscar salidas y mecanismos de adaptación en el ámbito de la ilegalidad, como trabajo en el mercado negro, el retorno a zonas de conflicto o la búsqueda de arriesgadas rutas migratorias”, añade.

Poitou ha participado en la mesa redonda que ha tenido lugar tras la proyección del cortometraje El Juego del Escondite, de David Muñoz, un proyecto cinematográfico para visibilizar la realidad de los refugiados sirios. El periodista especializado en Oriente Próximo, Joan Roura, ha moderado la mesa en la que también participaron el propio David Muñoz, el fotoperiodista especializado Ferrán Quevedo y Rafael de Prado, jefe del Departamento de Emergencia y Postconflicto de la Cooperación Española.

El acto que se ha celebrado en el marco del Día Mundial del Refugiado (sábado, 20 de junio) y con la intención de subrayar la necesidad de un mayor compromiso de la comunidad internacional para afrontar la situación de los más de 12 millones de sirios desplazados por un conflicto que ha entrado ya en su quinto año.

La solidaridad de los países vecinos se ha visto desbordada por el flujo de refugiados recibido y la situación se complica por la insuficiente financiación de la necesaria asistencia humanitaria que solo ha cubierto un cuarto de lo demandado.

“La comunidad internacional y en concreto España desde sus responsabilidades en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas deben favorecer una solución política a la crisis al tiempo que asisten a la población refugiada a través de financiación de la ayuda humanitaria y de políticas de acogida que alivien la situación de los países vecinos”, señala Menna Abraha, responsable de incidencia política de Acción contra el Hambre.

El Juego del Escondite, el cortometraje

Los niños juegan al escondite, los refugiados se esconden de la violencia y buscan recursos para sobrevivir. Desde la ficción, una madre busca a su hija entre las tiendas. El equipo de rodaje trata en vano de esconderse tras la cámara.

Las contradicciones surgen cuando las cuatro capas del juego, dispares, se ven obligadas a convivir, durante dos semanas en un espacio reducido. Me llamo Fatouma Al Hussein. Esta es mi historia.

La metáfora del escondite como reflejo de la huida de los refugiados, articula esta obra del cineasta David Muñoz, ganador de un Goya en 2010 por Flores de Ruanda. A través del lenguaje cinematográfico y la superposición de realidad y ficción, el proyecto busca visibilizar la situación de los refugiados desde la intimidad personal y las necesidades y emociones comunes a todo ser humano.

El cortometraje ha contado para su producción con el apoyo de la Cooperación Española, la Comunidad de Madrid, la Junta de Andalucía y el Festival de Málaga de Cine Español.

Tras su paso por la sección oficial de la 65 Berlinale y hacerse con la Biznaga de Plata-Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Málaga, el cortometraje continúa llevando la realidad de los refugiados sirios por pantallas de todo el mundo.