Filipinas

Filipinas es el país del mundo con mayor riesgo de catástrofes5: sufre una media de 20 tifones al año y está expuesto a terremotos y erupciones volcánicas6 . En 2022, la tasa de inflación alcanzó una media del 5,8%7 . Estas crisis agravaron la vulnerabilidad que ya existía, derivada de la inseguridad alimentaria, la malnutrición y el acceso inadecuado a servicios básicos, como agua potable, atención sanitaria y educación. Alrededor de 2,4 millones de niños filipinos menores de cinco años sufrieron desnutrición crónica8 y 2,89 millones de familias pasaron hambre moderada o grave9.

En 2022 respondimos a dos grandes emergencias: el súper tifón Rai, que tuvo lugar en diciembre de 2021, y el terremoto de Luzón, que sacudió el norte de esta isla en el verano de 2022 y tuvo una magnitud de 7,0. En el marco de la respuesta ante el tifón, 516.075 personas de Bohol y Caraga recibieron apoyo humanitario. Esto implicó ofrecer ayuda de emergencia inmediata, atención psicológica y de salud mental, y poner en marcha programas para recuperar los medios de vida, entre ellos entregas de efectivo polivalente y sesiones de formación.

Además, en 20 municipios de Mindanao se llevaron a cabo cuatro proyectos globales de reducción de riesgos de catástrofes, en los que se integraron proyectos de protección social ante procesos traumáticos, seguridad alimentaria y medios de vida. Estos proyectos formaban parte del trabajo realizado por

Acción contra el Hambre para anticipar, preparar y mitigar los efectos del cambio climático en las comunidades vulnerables.

En los dos últimos años, más de 800.000 filipinos se han visto desplazados, alrededor de 100.000 de ellos debido a los conflictos y la violencia en Mindanao10 . En paralelo, el país ha seguido sufriendo los efectos de la pandemia de la COVID-19 en su sistema sanitario y en su economía. Para atender las necesidades sanitarias de las zonas vulnerables, apoyamos campañas de vacunación contra la COVID-19, promovimos la educación sanitaria y nutricional, rehabilitamos instalaciones sanitarias dañadas e impartimos sesiones de formación.

El acceso al agua potable y a instalaciones para la higiene continuó siendo una de las prioridades de Acción contra el Hambre en 2022. Para ayudar a prevenir las enfermedades diarreicas en las comunidades, se construyeron infraestructuras para el agua, el saneamiento y la higiene que beneficiaron a más de 200.000 personas, una iniciativa que se completó con actividades para promover la higiene y le entrega de kits para mejorarla.