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Guinea: "Hay que controlar los contactos de riesgo para evitar una nueva pandemia de ébola"

29/03/16

Guinea: ébola

 

Las consecuencias de la epidemia sobre los medios de vida de las familias y los sistemas de salud perjudican el estado nutricional de la población

Tras haber pasado tres meses desde que Guinea fuera declarada libre de ébola, se han registrado siete nuevas víctimas y más de 175 casos de alto riesgo. Lo más importante ahora es vacunar a los más de mil contactos que podrían contagiarse para frenar la propagación del virus. Trabajamos para fortalecer el sistema de vigilancia de las bases comunitarias y así reducir la mortalidad y la morbilidad de la población afectada por el virus del ébola. 

Guinea, nuevas víctimas y descontrol del seguimiento

Guinea está de nuevo bajo la sombra de una nueva propagación del virus. Los últimos informes de la Organización Mundial de la Salud indican siete nuevos casos confirmados (tres mortales) y más de 175 casos de alto riesgo. “Los nuevos casos de ébola en Guinea son bastante inquietantes,” comenta Lucía Prieto,  responsable geográfico en Acción contra el Hambre. “Hablamos de varios nuevos casos en la zona forestal y sobre todo de un gran número de contactos, más de mil, que no están siendo seguidos de manera efectiva”.Resulta particularmente preocupante también la falta de reactividad del sistema de vigilancia, sobre todo a nivel comunitario: “es importante agilizar la detección y la identificación del virus y con ello facilitar el acceso a pruebas que permitan el diagnóstico de la enfermedad” añade Lucía. “Es también muy importante facilitar la vacunación sistemática de todos los contactos y por eso nuestro desafío es conseguir reducir y eliminar la reticencias en la comunidades. Necesitamos tener una mayor visibilidad de la evolución de la epidemia para ofrecer cuanto antes cuidados y apoyo, y ajustar eficazmente el trabajo de contención en las zonas de riesgo”.

Vigilar y prevenir, dos puntos clave para evitar nuevos brotes

Las varias reapariciones del virus en Liberia, Sierra Leona y ahora las nuevas víctimas en Guinea ponen de manifiesto dos evidencias: la amenaza por el virus sigue muy presente y el trabajo de prevención y de vigilancia es crucial para contener y evitar una posible nueva propagación.

En ese sentido, Acción contra el Hambre implementa actividades en Forécariah (Guinea), donde uno de sus proyectos pretende fortalecer el sistema de vigilancia de las bases comunitarias para reducir la mortalidad y la morbilidad de la población afectada por la enfermedad del virus del ébola. El proyecto, aunque centrado en el ébola, tiene como objetivo fortalecer el sistema de vigilancia basado en la comunidad para todas las enfermedades con potencial epidémico.

Una situación crítica y una financiación abandonada

El ébola sigue siendo una emergencia y una amenaza real. Más allá de posibles nuevos brotes, hay que señalar las graves consecuencias de estos dos años de crisis en millones de niños, mujeres y hombres, no solo afectados por la misma epidemia, sino también por los daños colaterales que provoca. Las consecuencias de la epidemia sobre los ingresos y medios de vida de las familias y los sistemas de salud debilitados afectan al estado nutricional.

“El país vive actualmente una situación de malnutrición crónica muy grave que afecta uno de cada tres niños en el país y al 25% de la población nacional.” comenta Anika Krstic, directora de Acción contra el Hambre en Guinea. “Además, para los supervivientes del ébola, la situación sigue siendo muy difícil, y muchos sufren aún el rechazo por miedo a transmisiones”.

A pesar de estos índices alarmantes, observamos un descenso del apoyo financiero. En el último año, el país ha visto los fondos de ayuda humanitaria disminuirse notablemente sin que fuesen seguidos por financiaciones a largo plazo que permitieran abordar el necesario trabajo de prevención, recuperación y reconstrucción frente a las consecuencias del virus. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), existe un déficit de financiación de más de 120 millones de dólares entre noviembre 2015 y marzo 2016 para las organizaciones que apoyan la tercera fase de la respuesta ébola. “El ébola no está ahora bajo el foco mediático y tampoco dentro de las prioridades de los donantes. Pero si les dejamos de lado y no podemos seguir nuestro apoyo en terreno para la víctimas y los servicios nacionales podemos esperar una nueva crisis humana”, concluye Anika Krstic.

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