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Actualidad

La liberación de las mujeres Badjao después de la guerra

11/01/16

Filipinas Badjao

 

EL CONOCIMIENTO DE LAS TRES "R"

El efecto más notable de la guerra de 2013 entre las fuerzas del Gobierno y los miembros del Frente Moro de Liberación Nacional en la ciudad de Zamboanga es la miseria en que se vieron sumidos los miles de habitantes que habían sido desplazados de sus casas. Pero también ha tenido otra consecuencia que ha sido menos visible: el empoderamiento de las mujeres de la tribu Badjao.

Los esfuerzos de la población para recuperarse después del enfrentamiento que destruyó cientos de hogares, se han traducido en una especie de despertar entre las mujeres Badjao, a través del conocimiento de las tres R: reading, (w)riting and (a)rithmetic (lectura, escritura y aritmética).

Satra Akmad, una vendedora ambulante de 27 años, nunca imaginó que sería capaz de dirigir su propio negocio. “Yo no sabía escribir, leer o contar. Solía poner mi huella dactilar para cualquier transacción burocrática. Hasta que nos dijeron de asistir a una capacitación en proyectos de vida” cuenta Akmad. Como algunos de los 120.000 desplazados internos de la ciudad a causa de la guerra que duró tres semanas en 2013, Akmad se cansó de esperar la ayuda que llegaba con cuentagotas.

 

Una oportunidad para escapar

“Si nos hubiéramos quedado esperando algo de ayuda, habríamos estado aquí siempre, en la miseria.  Por eso, cuando escuché acerca de la capacitación, me dije a mí misma: puedo intentar aprender a escribir, no es demasiado tarde para mí” recuerda Akmad.

Gracias a la formación y a los talleres de la Universidad Ateneo de Zamboanga fue seleccionada para el programa de transferencia de efectivo para medios de vida y recibió 8.000 pesos filipinos, cortesía de Acción contra el Hambre Filipinas. Seis meses después, su tienda sari-sari se convirtió en un puesto de comida.

"Todo lo que sabía era vender frutas y verduras en el mercado y cómo escapar rápidamente de la policía que corría detrás de nosotros", cuenta Utusayam sobre su experiencia antes de que estallara la guerra en septiembre de 2013. El agosto del año pasado fue un momento crucial en la vida de Utusayam. "Fuimos aceptados para una formación y fui encargada de la gestión de una gran cantidad de dinero -32,000 pesos filipinos- para consolidar nuestro negocio que consistía en la venta de bienes mediante el intercambio o trueque".

 

Herramientas de vida
Pero Utusayam nos contó que también tuvo que aprender a escribir su nombre, algo que nunca imaginó que pudiera ocurrir. "Cada vez que nos detenían (por ser vendedores ambulantes) y nos confiscaban nuestros bienes, lo único que podía hacer era poner en los documentos mi huella dactilar”.

Akmad es ahora una de las 1.543 personas alojadas temporalmente en el Buggoc Transitory Site en Barangay Santa Catalina, mientras Utusayam vive con 4.636 evacuados en Masepla 2 Transitory Site en la aldea Mampang. En entrevistas separadas, ambos admitieron que el proceso de aprendizaje, similar al de un niño de 5 años de edad, no fue nada fácil. "Algunos se rieron de mí, se burlaban de mi escritura. Otros dijeron que era demasiado mayor para esto, pero yo quería escapar de este lugar y vivir una vida mejor ", dice Utusayam.

Asikal Asiral, líder del Buggoc Transitory Site, señala que cada familia seleccionada de Badjao recibió 4,000 pesos filipinos para seguridad alimentaria y otros 8,000 para medios de vida. Rosa May de Guzmán, directora de comunicación de Acción contra el Hambre, señala que se elaboraron unas listas de beneficiarios para las ayudas basadas en dinero en efectivo financiadas por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el Ministerio de Comercio, Asuntos Exteriores y Desarrollo de Canadá y la Comisión Europea de Ayuda Humanitaria (ECHO). De Guzman apunta que se han invertido un total de 13.2 millones de pesos filipinos en proyectos de seguridad alimentaria y medios de vida para apoyar a los residentes desplazados.


La ayuda no gubernamental
"Acción contra el Hambre ha intensificado su programa mediante el apoyo de más de mil familias de desplazados internos alojados en diferentes transitory sites", comenta de Guzmán. "Los programas de transferencia de efectivo constituyen una parte importante del trabajo de Acción contra el Hambre en la lucha contra el hambre y la desnutrición y es un mecanismo de respuesta emergente en seguridad alimentaria y medios de vida, nutrición y salud, agua, saneamiento y los sectores de higiene", dijo Suresh Murugesu, coordinador técnico de Acción contra el Hambre. Utusayam está muy agradecido por la ayuda: "Creo que me he convertido en una mejor persona después de la guerra. Es muy difícil, pero estamos aprendiendo y quiero que mis hijos aprendan lo que yo estoy aprendiendo", señala.

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