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Historias

“Nuestra cultura es el futuro de nuestros niños; nuestros niños son el futuro de nuestra cultura”

El uso del charqui ha habierto un horizonte para combatir la anemia entre las poblaciones rurales en Ayacucho

 

“Cuando llegó Acción contra el Hambre empezamos a valorar la sangrecita”

Betsa Yaranga Guillén, Victoria Cardenas de la Cruz y Marleni Yaranga Guillén han vivido en primera persona cómo la anemia mermaba el desarrollo de sus hijos. Viven en Huanta, departamento de Ayacucho, Perú, una de las regiones más afectadas por la anemia infantil que alcanza tasas del 57,2% en las áreas rurales.

“No rendían mucho en sus estudios, estaban distraídos y cuando el profesor les preguntaba en clase no sabían responder”, recuerda Victoria. Ellas valoran especialmente la educación de sus hijos porque no tuvieron las mismas oportunidades: no pudieron estudiar, trabajaron los cultivos desde niñas y ahora quieren un futuro diferente para sus niños porque como dice una expresión popular, “son el futuro de su cultura”.

Hubo un tiempo en la que no conocían el problema de la anemia, las consecuencias de la falta de hierro en la sangre para el desarrollo neuronal. Tampoco acudían al Centro de Salud comunitario, no por falta de interés, sino por falta de conciencia sobre este problema. Por eso cuando Acción contra el Hambre implementó en la comunidad el proyecto Anemia NO, sus horizontes se abrieron.

“Cuando llegó Acción contra el Hambre empezamos a valorar la sangrecita”, dice Marleni. Se refiere al preparado de sangre animal a través una técnica de secado, llamada charqui, que Acción contra el Hambre comenzó a promover como tratamiento para combatir la anemia infantil.

La preparación del charqui es una técnica ancestral de conservación de alimentos que se estaba perdiendo en las regiones andinas de Perú. “Anteriormente desperdiciábamos la sangre cuando matábamos gallinitas. No me gustaba”, dice Betsa. Hoy han aprendido a preparar diferentes clases de chaqui a partir de productos ricos en hierro como bofe, bazo o hígado. Y ahora son ellas las que transmiten los nuevos conocimientos adquiridos entre otras madres de comunidades vecinas.

De esta forma la cultura y la identidad andina de estas poblaciones se han convertido en una potencialidad a la hora de combatir la anemia. “La idea no es que Acción contra el Hambre esté en todo momento, sino generar condiciones en las propias comunidades a través de las autoridades locales y las familias, para que ellos mismos puedan continuar este trabajo”, explica Henry Torres, especialista de Salud y Nutrición de Acción contra el Hambre en Perú.

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