Reconstruyendo Zamboanga

Once meses tras los esfuerzos de recuperación y reconstrucción, después de que la facción armada Frente Moro de Liberación Nacional (MNLF) hiciera frente a las fuerzas de seguridad de Filipinas en Zamboanga el 9 de septiembre de 2014, hemos continuado junto a nuestros socios que continúan proporcionando un apoyo esencial para complementar los esfuerzos del gobierno para las más de 25.000 personas desplazadas, entre ellos 13.000 en el Joaquín F. Enríquez Memorial Stadium y miles más en otros centros de evacuación.

El conflicto destruyó viviendas, infraestructuras, sistemas de agua, instalaciones necesarias para potabilizar el agua y el saneamiento, y miles perdieron sus medios de vida.

Tomando nota de las penosas condiciones de los desplazados internos en el centro de evacuación, Javad Amoozegar, director de Acción contra el Hambre en Filipinas, hace hincapié en la necesidad de centrarse en el bienestar de las poblaciones más vulnerables. "Los niños menores de cinco años, personas con discapacidad, mujeres embarazadas y lactantes en los centros de evacuación... Así como los que no cuentan con una fuente permanente de alimentos e ingresos, especialmente los de las capas más pobres de la población son los más vulnerables en esta situación y sus necesidades específicas pueden ser pasadas ​​por alto".
El Plan de Acción 2014 de Zamboanga, que describe las necesidades de las personas afectadas por la crisis, destaca la muy poca ayuda desplegada para salvar vidas y aliviar su sufrimiento.

Desde el comienzo de la crisis, gracias al apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y del Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO), hemos instalado letrinas, tanques de agua y tuberías, grifos, así como sesiones de sensibilización sobre la gestión del riesgo de desastres, formación sobre higiene y saneamiento, y centros de nutrición necesarios para hacer frente a los crecientes casos de diarrea y de desnutrición entre los niños menores de cinco años.

"A pesar de las incertidumbres en el centro de evacuación, los jefes de familia están decididos a hacer un mejor futuro para sus hijos. Sus sonrisas y coraje son inspiradoras. Estamos junto a nuestros socios están aquí para ayudar a reconstruir Zamboanga"