Líbano: compromiso y empoderamiento de los refugiados para alcanzar un futuro mejor

“Siento que el voluntariado hace que sea una nueva persona”. Douaa El Mahmoud.

Douaa El Mahmoud es una refugiada siria que ha trabajado con nuestra organización en el Líbano como referente en las sesiones de sensibilización sobre promoción de la higiene en el asentamiento informal en Baaloul, en el valle de Bekaa. Esta iniciativa inspiró a la comunidad a adoptar unas mejores prácticas y alentó a Douaa a mejorar su propia situación y solicitar una beca académica. Gracias a su motivación, ahora estudia Derecho en la universidad.

PROMOCIÓN DE LA HIGIENE MEDIANTE EL EMPODERAMIENTO COMUNITARIO

Desde el comienzo de la pandemia en el país, desde Acción contra el Hambre hemos liderado una respuesta innovadora dentro de un consorcio con Relief International, Médicos del Mundo y Première Urgence Internationale, con el apoyo de USAID. Una respuesta basada en la participación comunitaria, que consiste en trabajar con los miembros de confianza como Douaa, quienes actúan como agentes en sus asentamientos. Previamente seleccionados y capacitados, llevan a cabo sesiones de concienciación sobre la importancia de la higiene, incluida la personal, sobre las enfermedades transmitidas por el agua, el tratamiento del agua, la limpieza de letrinas y la gestión de desechos. También se incluyen diferentes temas relacionados con la COVID-19, como sus síntomas y las precauciones a adoptar, el aislamiento seguro, la limpieza y desinfección de viviendas y superficies, el uso seguro de mascarillas, los beneficios de la vacunación y los pasos para registrarse en la plataforma nacional de vacunación.

Esta confianza en los habitantes de los asentamientos sirve para apaciguar el tabú en torno a la enfermedad, que suele impedir que la población refugiada notifique los casos positivos, tome medidas preventivas o se inscriba para la vacunación. Con este programa, observamos un aumento en el número de casos reportados y movilizadores comunitarios y miembros de la comunidad se registraron para ser vacunados. Los resultados también muestran un impacto positivo en la cohesión social y el empoderamiento de las mujeres. Las sesiones reúnen a personas de diferentes edades y orígenes y permiten a mujeres y niñas participar activamente en actividades comunitarias fuera de sus hogares.

El personal de Acción contra el Hambre del Líbano capacita a los coordinadores y movilizadores comunitarios en la prevención de la COVID-19 y las enfermedades transmitidas por el agua.

CONSTRUYENDO RESILIENCIA, CREANDO UN FUTURO MEJOR

“Todo el personal de Acción contra el Hambre que he conocido me ha hecho sentir que no hay diferencias entre nosotros a la hora de hacer el trabajo. Nos comunicamos con mucha facilidad y la formación es bastante animada y dinámica”. Douaa.

Nuestro equipo de promoción de la higiene también está muy satisfecho con la contribució de Douaa y la considera una aprendiz rápida que siempre trata de ayudar a otros agentes comunitarios. "Ella fue la primera en enviar los datos necesarios cuando nuestro equipo no pudo hacerlo durante el confinamiento, lo que motivó a varios movilizadores y a otros referentes a hacer lo mismo. Gracias a su participación, nuestro trabajo tuvo un mayor impacto", dice un trabajador de Acción contra el Hambre en el terreno. 

Douaa frente a su tienda donde vive con sus padres y hermanos.

Siete años antes, Douaa abandonó Siria cuando todavía estaba en la escuela secundaria para buscar asilo en el Líbano. Como la mayoría de las niñas y los niños refugiados, se enfrentó a muchas dificultades para continuar su educación. Vive en un asentamiento informal de tiendas de campaña para refugiados, aislado y superpoblado, en el valle de Bekaa, donde la privacidad apenas existe, sin mencionar un espacio adecuado para estudiar.

Ella solía esperar a que su familia se fuera a dormir para estudiar por la noche y dormir durante el día. A pesar de este desafiante entorno, finalmente logró completar la escuela secundaria, aunque parecía que iba a ser la etapa final de su educación. Las principales barreras para acceder a la universidad que deben superar la mayoría de la población refugiada siria son principalmente su estatus legal, las tasas de matrículas inasequibles y los obstáculos sociales que impidieron que Douaa siquiera considerara una beca como una opción. Sin futuro a la vista, conoció nuestro proyecto y decidió proponerse para ser voluntaria con nuestra organización. Después de haber superado con éxito el proceso de selección, realizó un excelente trabajo que contribuyó a mejorar los niveles generales de higiene en la zona.

“Lo más importante para mí como residente aquí es la limpieza del asentamiento, así que cuando hablo con la gente y conciencio a los niños estoy feliz porque contribuyoa mejorar sus vidas. Ser voluntario es un trabajo hermoso porque te hace sentir valiosa y es aún más hermoso cuando todos te aceptan durante tu trabajo. Es muy bonito conectar con todo el mundo: gente educada, gente no educada, niños… Entonces siento que el voluntariado en general crea una nueva persona”, explica Douaa.

Su participación en el proyecto la animó a solicitar una beca en la Universidad Libanesa. Ahora es una brillante estudiante de derecho con ambiciosos planes y una carrera prometedora. Esto demuestra que mejorar la autonomía de los refugiados puede ayudar a mejorar la confianza en sí mismos, fomentar oportunidades y, en consecuencia, mejorar sus vidas. 

“Quiero convertirme en una persona exitosa. En cinco años me veo tratando de dejar mi huella en la sociedad. También quiero escribir y estoy trabajando en la idea de un libro. Espero que en cinco años se publique un libro con mi nombre. ¡Ojala!"