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“Solo quiero que mis hijos crezcan en un entorno seguro”

Líbano: “Solo quiero que mis hijos crezcan en un entorno seguro”

Katiba Ahmad Hussein (Abu Duhor, Idlib) 

Katiba Ahmad Hussein (Abu Duhor, Idlib)

Katiba es viuda y tiene cuatro hijos, dos niños y dos niñas. El mayor tiene 7 años, el segundo tiene 5 y las gemelas 2 y medio.

Llegó a Hermel en 2012, entonces solo con un hijo. Permaneció allí durante unos meses, viviendo en difíciles condiciones, cuando se enteró de que su marido había sido arrestado en Siria por una disputa familiar, y decidió regresar. Regresó a Siria y se quedó cinco años, tuvo un hijo más. Estaba embarazada de las gemelas cuando la familia con la que su marido mantenía una contienda, lo asesinó. Cuando la guerra comenzó a reavivarse en 2016, se vio obligada a huir. Su viaje de regreso a Líbano fue terrible, en un autobús abarrotado con muchos refugiados. En cada punto de control se les obligaba a bajar del autobús para realizar inspecciones, agotador para una madre embarazada de 8 meses con dos hijos. Se dirigió a Hermel porque ya había estado allí antes y porque su hermana ya se encontraba allí con su propia familia.

La tienda de campaña en la que vive alberga a 12 personas (Katiba, cuatro niños y niñas, su cuñada y sus suegros). Los inviernos son especialmente difíciles porque mantener los calentadores de gas es muy costoso. Por la noche hace mucho frío. El dinero que gana trabajando en el campo es para sus hijos, y el resto de la familia es atendida por una de sus cuñadas que también trabaja en el campo. Sus ingresos son de 2000 LBP por hora (1,75 dólares). Su mayor ingreso ha sido de 180 dólares que ganó trabajando dos turnos. También recibe 27 dólares en cupones por niño del Programa Mundial de Alimentos. Todo el dinero que recibe se lo gasta en sus hijos. Lo que sea que tenga en mente comprar, sus hijos querrán algo más, y ella está feliz de contentarles.

Una de sus hijas, Dalal, estaba severamente desnutrida. Katiba notó que tenía un aspecto diferente a su hermana gemela, y pensó que se trataba de algún trastorno mental. No sabía cómo ayudarla.

Acción contra el Hambre estaba mapeando las necesidades en la zona en la que vivían y visitó su tienda de campaña. Nuestro equipo reconoció la desnutrición severa que sufría la niña y le facilitó el tratamiento necesario. También le proporcionamos dos cabras para ayudar a alimentar a su familia con productos lácteos. Ahora su hija está mucho mejor y continúa progresando.

Cuando le preguntamos si le gustaría regresar a Siria, Katiba contesta que allí no le queda nada. Su marido está muerto y su casa ya no está. Le gustaría quedarse en Líbano porque le gustaría ver a sus hijos crecer en un ambiente seguro.

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