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Somalia: "en 6 meses se ha doblado el número de niños desnutridos en nuestros centros"

22/06/17

 

A día de hoy solo se ha conseguido el 37% de los fondos necesarios.

Somalia está sufriendo su cuarto año consecutivo de sequía. 3,2 millones de personas necesitan ayuda alimentaria de emergencia. Nuestros equipos sobre el terreno son testigos de cómo el estado nutricional de la población se deteriora día a día y dan la alerta por el aumento de la desnutrición y la falta de fondos para la respuesta de emergencia. 

“La tasa de niños de menos de cinco años admitidos en nuestros programas de nutrición y salud ha incrementado a más del doble en comparación con el comienzo del año”, señala Aurélie Ferial, portavoz de Acción contra el Hambre en Somalia. “Las familias llegan hasta nuestro centro de tratamiento nutricional en condiciones de completa devastación”.

En el estado de Bakool, en el oeste del país, el estado nutricional de la población es crítico. “La desnutrición en la región es del 22% y la desnutrición aguda severa, su peor manifestación, del 5%. En algunos distritos, estos índices ascienden a más del 30% y 8% respectivamente. La Organización Mundial de la Salud establece el umbral de emergencia en el 15% para la desnutrición en términos generales y una tasa de entre el 2 y el 3% para la desnutrición aguda severa se considera una emergencia. Y ya lo hemos sobrepasado”, añade.  

La sequía, la pobreza y la inseguridad han conducido a más de 1,8 millones de personas al exilio. Una de cada seis ha perdido su casa. “Estas personas han abandonado sus hogares para buscar ayuda. Ya no cuentan con medios para mantenerse por sí mismos”, añade Ferial.

“Nos encontramos en una situación de emergencia, agravada por la falta de fondos para la respuesta humanitaria”, remarca Ferial. “A día de hoy, solo se han conseguido el 37% de los fondos necesarios para la respuesta humanitaria. Al igual que otros actores presentes en el país, nos hemos visto obligados a reducir algunos de nuestros programas, mientras las necesidades son enormes y la situación no va a mejorar por sí sola. Antes de la crisis, uno de cada siete niños no alcanzaba la edad de cinco años. Si no hacemos nada, la tasa de mortalidad aumentará. Comunidad internacional, gobiernos y donantes deben hacer frente a esta emergencia”.

 

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