Ayuda en metálico multipropósito, un respiro para la familia de Layla

Unas condiciones de vida difíciles

Layla[1], una mujer de 31 años embarazada y refugiada siria, nos recibe en un pequeño apartamento donde vive con su marido y su hija de 3 años. Los padres de su marido y su hermano, junto a su mujer y sus hijos, también viven con ellos. El apartamento, en el corazón de Khandak el-Ghamik, uno de los barrios más pobres de Beirut, tiene una entrada oscura, una pequeña cocina, un baño y dos habitaciones; es todo el espacio en el que viven.

Tienen al menos un patio interior para respirar, donde guardan un depósito de agua, que se llena gracias a la ayuda de sus vecinos, y algunos enseres más. Layla nos invita a sentarnos en un viejo sofá para que podamos hablar con ella. Una de las primeras cosas que nos explica es que no tiene intimidad y que es infeliz, está nerviosa, avergonzada y no se siente como en casa.

Ella no trabaja, y su marido apenas lo hace porque tiene una lesión en la pierna debido a un accidente, por lo que tienen que pedir dinero prestado a familiares y conocidos para los artículos de primera necesidad. Ella y su familia no son los únicos que pasan apuros, en 2021 se estimó que alrededor del 92% de los hogares de refugiados sirios en Líbano contraían deudas para sobrevivir, sobre todo para comprar alimentos (93%), pagar el alquiler (49%), artículos de primera necesidad no alimentarios (34%) y medicamentos (34%)[2].

Entre diciembre de 2019 y octubre de 2021, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas ha subido un 1874% en el país[3].

El aumento del precio de los alimentos en el país está añadiendo presión a las familias vulnerables que luchan por sobrevivir. Como reflexiona Layla: "Estamos reduciendo la cantidad de alimentos que comemos al día. En lugar de hacer tres comidas al día, ahora hacemos dos y a veces una y un bocadillo. Casi siempre tenemos hambre por la noche, sobre todo yo, que estoy embarazada". En 2021, según las Naciones Unidas, el 71% de los refugiados sirios que vivían en el Líbano redujeron el tamaño de las porciones de las comidas, y el 67% el número de comidas ingeridas al día[4].

Además, los cortes de electricidad están dificultando aún más la situación, sólo se dispone de unas cuatro horas de electricidad pública al día dependiendo de la región, lo que significa que las familias que no tienen acceso a generadores de combustible no pueden comprar y almacenar ciertos tipos de alimentos en el frigorífico porque se echan a perder rápidamente, como es el caso de esta familia.

Cómo ayuda Acción contra el Hambre a la familia de Layla.

Acción contra el Hambre responde para aliviar el sufrimiento de las familias a través de programas de Seguridad Alimentaria y Medios de Subsistencia en el Líbano, en este sector, la organización llegó a un total de 6.277 personas en 2021 (incluidas 2.626 mujeres). 

Layla no recibe ayuda del Gobierno ni de ninguna otra organización, pero gracias a la Embajada de Francia, participa en actividades de concienciación sobre nutrición, incluidas las mejores prácticas de alimentación para lactantes y niños pequeños, y recibe ayuda en efectivo multipropósito (MPCA) proporcionada por Acción contra el Hambre en Beirut. Hasta ahora, en el marco de este programa, el proyecto ha podido llegar a 607 hogares, que incluyen aproximadamente a 3.035 personas.

Como resultado de las sesiones de concienciación, Layla se siente ahora más segura sobre cómo amamantar a su futuro recién nacido y a qué edad debe empezar a introducirle alimentos sólidos, según aclara: "He aprendido mucha información que antes desconocía, no sabía cómo dar el pecho, cuánto tiempo debo mantenerlo al pecho, a qué edad debemos empezar a introducir alimentos sólidos para el bebé...". 

Por otro lado, la ayuda en efectivo multipropósito ayuda a la familia a afrontar el día a día, sin embargo, dada su situación, utilizan alrededor del 80% del dinero recibido para pagar la deuda y el alquiler, y sólo disponen del 20% restante para alimentos y otras necesidades esenciales. 

"Antes de la ayuda en efectivo nos preocupaban la deuda, el alquiler y cómo comprar comida para alimentar a nuestros hijos [...] Solíamos comprar poca cantidad de comida, pero después de la ayuda pudimos comprar algo más para alimentar a nuestra hija con comida más nutritiva. También pudimos comprar medicamentos para mi hija. Antes de la ayuda, se los cogía a mis vecinos". explica Layla.

Sin embargo, la ayuda monetaria multipropósito no es suficiente, la situación actual de la familia y del país amenaza sus vidas a diario, y se ven obligados a recurrir a peligrosos mecanismos de supervivencia, como comprar huevos rotos porque son más baratos.  Tampoco pueden permitirse ciertos tipos de alimentos como pollo, carne o aceite. 

La prolongada crisis del Líbano hace que cada día más familias caigan en la pobreza. La pobreza multidimensional[5] en el país en 2021 (82%) se duplicó con respecto a 2019 (42%)[6], y 9 de cada 10 refugiados sirios que viven en el Líbano viven en la pobreza[7]. En consecuencia, cada vez es más necesaria una ayuda humanitaria que garantice una respuesta sostenible a las familias que viven en el Líbano, como la de Layla.