Comienza la estación del hambre en Sahel

En la región del Sahel, el conflicto, la inseguridad alimentaria, la desnutrición, epidemias y desastres naturales, la pobreza extrema, el crecimiento demográfico rápido, el cambio climático, las crisis recurrentes de alimentación y nutrición, los conflictos armados y la violencia, siguen siendo los principales impulsores de las necesidades humanitarias en la región y socavan las vidas, los bienes y el futuro de millones de familias en toda la región.

A pesar de la  buena temporada 2015/2016 de cosechas, situaciones de conflicto como en el norte de Malí o en la frontera entre Nigeria y Níger, en la región de Diffa,  o eventos climáticos extremos como sequías o inundaciones que han impactado en la producción agrícola a nivel local, como en Senegal o Mauritania, hacen que la situación nutricional sea preocupante en estas zonas. “Nos encontramos a las puertas de la época de soudure o carestía, que transcurre desde que las familias han agotado sus reservas de alimentos, en junio, hasta la próxima cosecha en octubre”, señala Antonio Vargas, responsable de nutrición y salud de Acción contra el Hambre. “A pesar de las buenas cosechas en la última temporada agrícola, desde Acción contra el Hambre permanecemos muy atentos a aquellos países y regiones más vulnerables, en los que los índices de inseguridad alimentaria y de desnutrición ya son altos”.

Conflictos y desplazamientos en el Sahel

En los últimos años, el impacto de las vulnerabilidades crónicas y de las crisis recurrentes en las comunidades del Sahel ha sido profundamente agravado por las consecuencias de los conflictos y la violencia en toda la región. La mayoría de los 4,5 millones de desplazados han perdido sus medios de vida y, a menudo están alojados en las comunidades ya muy vulnerables. En la cuenca del lago Chad, la violencia de Boko Haram afecta a 30 millones de personas que viven en las zonas más pobres de Camerún, Chad, Níger y Nigeria. La situación en Malí sigue siendo preocupante por la persistencia de la inseguridad, con más de 200.000 malienses desplazados. Por otro lado, Camerún y Chad acogen a más de 300.000 refugiados cada uno, la mayoría de ellos en zonas ya muy vulnerables.

Disminución de la producción de alimentos en el Sahel

En países como Senegal y Mauritania, las regiones de Podor y Guidimakha los índices de desnutrición superan el 18 y el 15% respectivamente, rebasando el umbral de emergencia establecido por la Organización Mundial de la Salud. “El prolongado déficit de lluvias en los últimos años ha producido una disminución de la producción agro-pastoral y, por tanto, una prolongación de la soudure. La población más vulnerable ve cómo se agotan sus mecanismos de resiliencia para ser sustituidos por otras estrategias de supervivencia negativas que podrían dañar sus medios de vida”, añade Antonio Vargas.

Asimismo, unos servicios básicos pobres (tanto en términos de acceso como de calidad), un restringido acceso a agua y saneamiento, prácticas de higiene y de cuidados inadecuadas, junto a unos sistemas de salud débiles no hacen sino agravar esta situación. “El fortalecimiento de personal e infraestructuras sanitarias, la vigilancia y la prevención siguen siendo fundamentales para mantener la desnutrición y otras enfermedades epidémicas a raya”, concluye Vargas.

La amenaza de la desnutrición en los países del Sahel

La desnutrición sigue amenazando a 7,2 millones de niños menores de cinco años y mujeres embarazadas y lactantes, que necesitan asistencia. Casi uno de cada cinco niños en el Sahel muere antes de cumplir cinco años, y un tercio de estas muertes están asociadas con la desnutrición. Chad, Malí y Níger acogen el 70% de todos los niños con desnutrición aguda severa en la región.

Puedes unirte a los proyectos de lucha contra la desnutrición en el Sahel, haciendo una donación o haciéndote socio

Sigue leyendo:  

"La violencia de Boko Haram agrava la estación del hambre en Diffa, Níger"

Versos del Corán para sensibilizar contra la desnutrición en Mauritania

Duplicamos la cobertura del tratamiento nutricional con un novedoso proyecto piloto en Malí