Filipinas necesita agua, alimentos y material de refugio urgentemente

Una vez más, Filipinas es golpeada por los desastres naturales. Es solo el principio. Se calcula que este año el fenómeno de La Niña, directamente relacionado con la crisis climática, podría hacer que entre tres y seis tifones golpeen el archipiélago antes de final de año.

Un millón y medio de personas han sido afectadas y más de 415.000 se encuentran en centros de evacuación.

Afortunadamente el país ha avanzado muchísimo en los últimos años en la gestión de desastres naturales, y los sólidos mecanismos de alerta temprana y de evacuación puestos en marcha por las autoridades filipinas salvan muchas vidas. Pero, una vez salvados, es crucial garantizar agua y alimentos en los centros de evacuación y hacerlo ahora en un contexto COVID es un enorme reto. El país, con más de 380 000 casos confirmados, estaba ya exhausto tras la cuarentena más larga del mundo”, explica la responsable geográfica de Acción contra el Hambre para Filipinas, Benedetta Lettera.

Desde Acción contra el Hambre hemos premovilizado a nuestro equipo en Manila para desplegarse en la zona afectada y reforzar así a los equipos que ya trabajaban in situ. La tormenta tropical Goni (Rolly en su nombre filipino) entró en la zona de influencia del país el 29 de octubre y se convirtió en supertifón antes de tocar tierra en Bato (Cantaduanes), donde alcanzó vientos sostenidos de 225 km/h y picos de hasta 280 km/h. 11 ciudades permanecen inaccesibles.

Trabajamos en Filipinas desde el año 2000 y hemos desplegado intervenciones de emergencia tras numerosos desastres naturales en el país como tifones y terremotos, incluido el supertifón Haiyan de 2013.