La ayuda humanitaria, último recurso para más de 60 millones de personas

Vivimos un momento de emergencias humanitarias sin precedentes: 45,6 millones de personas necesitan ayuda de emergencia y se enfrentan a crisis catalogadas por las Naciones Unidas como de Nivel 3 (Nivel de Emergencia): 21,1 millones en Yemen, 12,2 millones en Siria, 8,2 millones en Iraq y 4,1 millones en Sudán del Sur. Acción contra el Hambre trabaja en estas cuatro crisis con programas que tratan de cubrir las necesidades más urgentes en materia de alimentación, agua, saneamiento, higiene y apoyo psicosocial, interviniendo muchas veces sin descanso y contra el reloj para evitar que estas situaciones degeneren en crisis nutricionales y protegiendo especialmente a los niños menores de cinco años y las mujeres embarazadas y lactantes.

Faltan fondos para la acción humanitaria
“Ninguno de los llamamientos realizado por Naciones Unidas para estas crisis ha sido cubierto por los gobiernos, muchos ni siquiera han llegado a la mitad y esto tiene un precio incalculable no solo en términos de vidas humanas sino también de desarrollo global”, apunta Vincent Stehli, Director de Operaciones de Acción contra el Hambre. Cada día más los fondos de la ayuda se canalizan a través de cooperación bilateral, por lo que nuestro Director de Operaciones advierte de que “habrá que estudiar en profundidad cómo van a garantizarse principios básicos de la acción humanitaria como la independencia y la neutralidad con esta dinámica”.

Oriente Próximo, una crisis fuera de control
“La violencia ha desplazado en Oriente Próximo a un número sin precedentes de personas, muchas de las cuales viven sin un horizonte de retorno cercano y en contextos muy complejos para la acción humanitaria, lo que pone en peligro continuamente su seguridad y la de los trabajadores humanitarios, dificultando la aplicación de los principios más básicos del Derecho Internacional Humanitario”, explica nuestro Responsable Geográfico para Oriente Próximo, Jean Raphäel Poitou. 

Acción humanitaria contra la desnutrición
Una de las consecuencias más habituales de los grandes desplazamientos de población es el aumento de la desnutrición: “la situación nutricional de las personas peligra no solo por la falta de comida, sino también por el incremento de diarreas y otras enfermedades causadas por la falta de agua y saneamiento seguros o la interrupción brusca de la lactancia debida al estrés post-traumático generado por la violencia, lo que afecta sobre todo a los niños menores de cinco años”, señala Amador Gómez, Director Técnico de la organización. “Todo esto podría frenar los avances en la erradicación de la desnutrición logrados en los últimos años, por lo que es importante que todos (gobiernos, ciudadanos, empresas…) aunemos esfuerzos para contener esta situación”.