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Mauritania: Más de 600 000 personas se quedarán sin alimentos en un mes

09/05/18

 

Se trata de la peor sequía de los últimos años: 378 000 personas están ya en situación de inseguridad alimentaria y la fase crítica de la estación del hambre se producirá entre junio y septiembre. Estamos coordinando con la comunidad humanitaria en el país una respuesta de emergencia que tratará de alcanzar al menos a medio millón de personas, sobre todo niños menores de cinco años y mujeres embarazadas y en periodo de lactancia. 

“Cuando la población no había podido aún reponerse a la crisis de 2012, una nueva sequía está poniendo en jaque a Mauritania: la estación del hambre de 2018 afectará a un 48% de personas más que en 2017. La grave sequía, que agotó los pastos mucho antes de lo habitual y tiró por lo suelos la producción láctea y los precios del ganado en un país en el que el pastoreo es el principal medio de subsistencia son los factores desencadenantes de esta situación crítica”, explica desde Nouakchott Elena Vicario, Directora País de Acción contra el Hambre. Pese a este aumento en las necesidades, la financiación ha decrecido ligeramente (un 19%), respecto al año anterior. Por el momento se han comprometido solo 10 de los 15 millones de dólares solicitados por el Equipo Humanitario País para ayuda nutricional y solamenrte 20 de los 58 millones solicitados para asistencia alimentaria.

Refugiados malienses: crisis sobre crisis

La escasez de alimentos y el aumento de su precio en el mercado no consigue detener a los malienses que huyen de la violencia: “en el campo de Mberra viven unos 56.000 refugiados, la mitad menores de 18 años, en una situación crítica: apenas se ha cubierto el 6% del llamamiento humanitario realizado para los refugiados en Mauritania, que dependen completamente de la asistencia alimentaria”, explica Vicario.

Respuesta humanitaria contra el reloj

Aunque la alerta se lanzó en noviembre de 2017, la comunidad humanitaria está trabajando en una respuesta de emergencia para evitar un aumento de la mortalidad infantil como consecuencia del hambre: “hemos diseñado una intervención coordinada con el equipo humanitario en el país, así como con el Gobierno mauritano, que se centra en seguridad alimentaria, nutrición y medios de vida en las régiones mas vulnerables”:

La respuesta de Acción contra el Hambre priorizará:

  • la distribución de dinero en efectivo a los hogares más vulnerables (con niños menores de cinco años y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia) junto a suplementación alimentaria en las regiones de Guidimaka, Hodh el Chargui et Gorgol;
  • el tratamiento y la prevención de la desnutricion aguda severa, y la asistencia a las madres asi como a las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, en las misma regiones, en colaboración con el personal del sistema sanitario nacional;
  • la distribución de alimentos y vacunas para el ganado, como forma de apoyo a los pastores y la distribución de semillas para los agricultores en la région de Gorgol.

“La distribución de dinero en efectivo se está convertiendo en una de las respuestas de emergencia más efectivas porque permite asistir a un mayor número de personas en comparación  a la distribución de comida. Además este tipo de respuesta fortalece la dignidad de las personas afectadas pudiendo priorizar sus necesidades y utilizar la ayuda con una mayor flexibilidad”, explica la responsable de seguridad alimentaria de Acción contra el hambre, Hélène Pasquier.

Una crisis anunciada

Nuestra organización lanzó la alerta a finales de 2017, cuando nuestros sistemas de información geográfica detectaron graves anomalías en los pastos en el sur de Mauritania y en el norte de Senegal. El seguimiento posterior de los precios de intercambio ganado-cereales y de los precios de los productos básicos en los mercados han confirmado los pronósticos. “Ahora el impacto empezará a ser sobre las personas, especialmente entre los niños y niñas más pequeños, con lo que la respuesta humanitaria debe ser lo más rápida y extensa posible”, concluye Vicario.

Trabajamos tanto en intervenciones de desarrollo al sur del país para reducir la vulnerabilidad estructural de las poblaciones, como en la prevención y el tratamiento de la desnutrición al sur y al este. Asimismo, hemos continuado trabajando en el campo de refugiados de Mberra, en la frontera con Mali, con programas de agua y saneamiento.

Descubre cómo está siendo nuestra respuesta en Senegal

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