Níger: distribución urgente de alimentos y dinero en el sur

La región de Mayahi, al sur de Níger, ha sido especialmente golpeada por la estación del hambre (periodo de escasez de alimentos entre cosechas) en 2017: más de la mitad de los hogares están reduciendo su alimentación por la falta de cosechas y pastos derivadas de la sequía. Desde Acción contra el Hambre acabamos de poner en marcha una intervención de emergencia para 40 000 personas con la que se refuerza el tratamiento de los niños con desnutrición aguda y distribuiremos dinero para alimentos y víveres a las familias más golpeadas.

Los peores escenarios posibles se hacen realidad en el sur de Níger: si nuestros sistemas de alerta temprana lanzaban hace unos meses la alerta sobre la falta de  biomasa para el ganado y la falta de aguas superficiales, ahora, cuando se agotan las reservas de alimentos de la última de cosecha, la alerta se transforma en emergencia. Una vez más la máxima expresión de este fenómeno recae sobre los niños y niñas menores de cinco años: los niveles de desnutrición aguda rozan el 13% en la región, y la desnutrición aguda severa, el estadio más grave, supera el 2,3%. Ambos indicadores superan ya el umbral de emergencia.

La respuesta conjunta de Acción contra el Hambre, financiada por la Comisión Europea y el Programa Mundial de Alimentos, no se ha hecho esperar: “estamos reforzando el tratamiento en los centros de nutrición, dotándolos además de instalaciones adecuadas de agua y saneamiento para evitar un empeoramiento de las condiciones de salud”, explica desde Niamey Lucas Honauer, Director País de Acción contra el Hambre en Níger. Paralelamente estamos organizando distribuciones de dinero para comprar los alimentos que están disponibles en el mercado pero a precios inasequibles para muchas familias. “En una segunda fase – añade Honauer- comenzaremos a distribuir raciones alimentarias (cereales, aceite, judías y sal durante cuatro meses) entre las familias más vulnerables”.

Uno de los puntos claves de la intervención se basa en el refuerzo psicosocial en los centros de nutrición. “A medida que se recupera el metabolismo y la aceptación de los alimentos por parte de los pequeños ponemos en marcha técnicas de refuerzo psicomotor, de animación a través del juego y de refuerzo afectivo. El hecho, a menudo infravalorado, de que las madres pasen tiempo estimulando y jugando con sus hijos tiene un valor enorme a la hora de la recuperación”.