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4 agentes de cambio en Sudán del Sur: Regina

Fotografías: ©Lys Arango 

"Preparamos encuentros con otras mujeres y les enseñamos la importancia de la lactancia materna durante los primeros 6 meses"

Regina camina a paso decidido entre los cultivos de sorgo. Va sorteando charcos y fango acompañada por otras cuatro mujeres: dos de ellas son parte del equipo de nutrición de Acción contra el Hambre y las otras dos son voluntarias, como ella. Están en la región de Northern Bahr el Ghazal y se dirigen a casas de particulares para detectar casos de malnutrición en niños menores de cinco años.

"A veces hacemos monitoreo en los hogares, como ahora, pero en otras ocasiones preparamos encuentros con mujeres para enseñarles cómo amamantar correctamente, la importancia de una dieta equilibrada y de la higiene para evitar enfermedades", explica Regina. “Para mí es esencial pasar el mensaje a las nuevas generaciones. Ellas son el futuro del país”, añade ilusionada.

Y es que Regina es una madre luz, aunque su caso es particular: no es madre. No obstante, un día sí lo fue: tuvo un bebé que murió a los 14 días de nacer. Marginada como mujer estéril su marido encontró a otra que sí podía tener hijos y que le dio seis, pero incapaz de hacerse cargo de todos es Regina quién les cuida como si fueran suyos. Así que cuando el último enfermó fue ella quien se encargó de llevarle al centro de salud. Le diagnosticaron desnutrición.

Cada semana iba al centro para buscar su dosis de PumplyNut y a controlar la evolución del bebé. Allí, en la sala de espera, sentada, recostada o parada junto a decenas de mujeres con sus hijos malnutridos, el personal sanitario se dio cuenta de su carisma. Así que le propusieron ayudar y ella aceptó: “Quería ser útil para la comunidad”, asegura. Junto a otras dos madres recibió formación y pronto comenzó la labor de difusión.

Regina, como madre luz, está dentro de un proyecto de Acción contra el Hambre en el que se fomentan cambios positivos en el comportamiento de la comunidad con respecto a las prácticas de nutrición, higiene y salud. "Se trata de una herramienta más en la lucha contra la malnutrición infantil, que complementa los programas de tratamiento y les da a las familias un papel activo en el desarrollo de sus hijos, utilizando los recursos que ya tienen", explica Sabit Sabit, jefe del programa de nutrición en la base de Malualkon. 

Cada año, en Sudán del Sur, la población tiene que enfrentar algunos meses críticos, entre julio y octubre, cuando se agotan las reservas de alimentos y la siguiente cosecha aún no se puede recoger. Este período coincide con la época de lluvias y por lo tanto con la mayor incidencia de malaria y es crítica para los niños más pequeños. En los últimos años, los programas de reducción de la mortalidad infantil incluyen cada vez más componentes y trabajo de prevención que se llevan a cabo dentro de la comunidad.

En 2016, Acción contra el Hambre puso en marcha esta estrategia en las regiones de Northern Bahr el Ghazal y Warrap.  Regina ya ha recibido dos formaciones y cree plenamente en las ventajas que ofrece la iniciativa. "Aquí algunas mujeres tienen que caminar muchos kilómetros para llevar a sus hijos enfermos a los centros de salud. Pero las cosas están empezando a cambiar gracias a este programa: a parir de ahora nosotras nos podemos unir para controlar nuestro propio destino y el de nuestros hijos”, concluye.

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