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Aliviando el sufrimiento psicológico de los desplazados en Burkina Faso

 

Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, el lema de este año de la Organización Mundial de la Salud es "Hacer de la salud mental y el bienestar para todos una prioridad mundial". Esta prioridad cuenta con el apoyo de Acción Contra el Hambre, que lleva a cabo actividades de salud mental y apoyo psicosocial en diversos contextos, como las emergencias y los conflictos, donde la salud mental y el apoyo psicosocial son esenciales.

Desde 2018, Burkina Faso ha sido escenario de múltiples actos de violencia y ha visto cómo su contexto de seguridad se ha deteriorado. El año 2022 ha estado marcado por dos golpes militares, el 24 de enero y, más recientemente, el 30 de septiembre, el resurgimiento de los ataques de los grupos armados de la oposición, los bombardeos y los conflictos intercomunitarios, aumentando considerablemente los desplazamientos de población y las necesidades humanitarias en varias regiones del país (10 de las 13 regiones están afectadas).  

En este país de más de 20 millones de habitantes, 3,45 millones de personas sufren inseguridad alimentaria y casi una de cada diez personas está desplazada por el conflicto, es decir, casi 2 millones de personas (53% mujeres). Entre ellas, obligadas a huir de sus hogares, muchas encuentran refugio en la región del este, que acoge a más de 170.000 personas. La capital de la región, Fada N'Gourma, situada a 200 km al este de Uagadugú, se enfrenta a una continua afluencia de desplazados.

Acciones de salud mental en Burkina Faso

Causas y signos de malestar psicológico

 "Estaba en el pueblo de mi padre cuando llegaron individuos armados y echaron a los habitantes. Estaba totalmente desesperada, el más mínimo ruido me hacía entrar en pánico, y sin aliento, le pedí a mi madre que saliera a averiguar qué pasaba porque ya no podía soportar esta vida", explica Mariam, una desplazada de Kongoussi, en la región centro-norte, a un trabajador psicosocial de Acción Contra el Hambre durante una sesión terapéutica individual.

La violencia y el desplazamiento forzado han provocado la separación de familias, otras han sido víctimas y/o testigos de la violencia y las atrocidades. Los desplazados se encuentran en una situación de extrema pobreza y sin poder recuperar sus pertenencias (campos quemados por los asaltantes, imposibilidad de cosechar, ganado robado, etc.). Una vez que llegan a las comunidades de acogida, tienen dificultades para adaptarse y se desesperan ante las condiciones precarias (falta de bienes materiales, pérdida de escolaridad, pérdida de dignidad, etc.). 

Para mantenerse a sí mismas y a sus familias, las mujeres y las niñas asumen más riesgos y están especialmente expuestas a diversas formas de violencia de género (VG), como la explotación y los abusos, que aumentan constantemente, lo que repercute en su malestar psicológico. En la región oriental, según el seguimiento de la protección, el 10% de los hogares desplazados entrevistados dicen tener conocimiento de casos de violencia de género.

"Cuando ingresaron en el centro de salud, los adultos presentaban múltiples trastornos, el principal de los cuales era la perturbación del sueño para más del 87% de ellos; el 56% se quejaba de tristeza, el 67% declaraba signos de ansiedad y casi el 30% de trastornos emocionales", dice Abdou Djibo.

Los problemas de salud mental suelen ser heridas "invisibles" y para muchos quedan relegados a un segundo plano en favor de otras preocupaciones prioritarias como la alimentación o la vivienda. Además, desde un punto de vista cultural, la enfermedad mental puede ser vista como algo divino, místico o incluso tabú. "Hacemos una gran labor de concienciación sobre la salud mental. En cuanto se habla de salud mental, la gente lo atribuye a la locura. Todos los que vienen a nuestras sesiones de sensibilización comprenden que se pueden tener problemas de salud mental sin estar loco", explica Fatimata Drabo, responsable del programa de salud mental, apoyo psicosocial y protección de Acción Contra el Hambre Burkina Faso, Fada N'Gourma.

Acciones de salud mental en Burkina Faso

Enfoque de Acción Contra el Hambre en materia de salud mental y apoyo psicosocial

Acción Contra el Hambre está presente en Burkina Faso desde 2008 y comenzó sus intervenciones en la región oriental. Inicialmente, sus acciones se centraban más en la prevención y el tratamiento de la malnutrición en el país. 

Tras el deterioro del contexto de seguridad en el país, Acción Contra el Hambre ha puesto en marcha actividades relacionadas con la salud mental y el apoyo psicosocial a través del proyecto psico-trauma, en la región del este, pero también en las regiones del Sahel y del norte, para contribuir a la reducción del sufrimiento psicológico de las personas afectadas por los conflictos armados en estas regiones. 

El proyecto pretende atender a todas las personas vulnerables con problemas psicológicos: hombres, mujeres, niños y niñas (a partir de los 6 años) para mejorar su bienestar y su capacidad de resiliencia. Para ello, los equipos de Acción Contra el Hambre llevan a cabo diversas actividades con las comunidades de acogida y los desplazados, como sesiones de sensibilización sobre salud mental, sesiones de psicoeducación y sesiones de psicoterapia grupal o individual. También se identifica a personas clave de la comunidad para que reciban formación en primeros auxilios psicológicos.

"Es importante garantizar la sostenibilidad de nuestras acciones mediante la formación de personas clave (personal sanitario, agentes de salud comunitaria y líderes de la comunidad) en primeros auxilios psicológicos, para poder identificar los primeros signos de angustia psicológica, para poder escuchar y comunicarse mejor con las personas angustiadas y derivarlas para que reciban atención lo antes posible", afirma Abdou Djibo.

Desde la creación de estos sistemas de atención a la salud mental, Acción Contra el Hambre se ha posicionado como un actor clave, una referencia en la materia a nivel nacional. 

Acciones de salud mental en Burkina Faso

Los retos a nivel nacional

Hasta la fecha, casi el 40% de la población general de 18 años o más padece al menos un trastorno mental en Burkina Faso y todavía hay muy pocos actores que respondan a esta necesidad.

La misión de Acción Contra el Hambre en Burkina Faso pide que se tenga más en cuenta la salud mental y el apoyo psicosocial en las orientaciones estratégicas y financieras del Ministerio de Sanidad burkinés. 

En un momento en que se acaba de declarar un golpe de estado en el país, la respuesta a la salud mental y los trastornos psicológicos de los burkineses debe reforzarse más que nunca. Las organizaciones y los servicios sanitarios asociados deben contar con recursos humanos dedicados y personal cualificado para hacer efectivo el acceso a los servicios de atención psicológica y mejorar el bienestar de todos.

Desde 2020, las actividades de salud mental de Acción Contra el Hambre han dado lugar a: 

  • 212 sesiones de concienciación sobre la salud mental que llegaron a 8.391 personas.
  • 10.138 personas recibieron sesiones de psicoeducación.
  • 4.937 personas con síntomas avanzados de estrés postraumático tratadas.
  • 4.764 personas mejoraron su bienestar y redujeron los signos de estrés postraumático tras las 6 sesiones de tratamiento.
  • Se formó a 980 personas (personal sanitario, trabajadores sociales y líderes comunitarios) en primeros auxilios psicológicos, gestión del estrés y conceptos básicos sobre la violencia de género.

 

Imágenes: Amadou Cisse para Acción Contra el Hambre, Burkina Faso

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