Bangladesh: combatir el hambre dos años después de la crisis rohingya

El 25 de agosto de 2017, los abusos en el estado de Rakhine, en Myanmar, provocaron que un gran número de rohingyas, una minoría étnica del país, buscara refugio en Bangladesh. Dos años después, más de un millón de personas se encuentran en la región de Cox’s Bazar y sufren desnutrición.

Bangladesh no es solo uno de los países más poblados de mundo, también es uno de los más golpeados por la desnutrición, con millones de niños de menos de cinco años que sufriendo desnutrición aguda severa. La salud pública del país se ve socavada por unos recursos hídricos poco desarrollados, por las prácticas inadecuadas de saneamiento e higiene y por desastres naturales recurrentes, como los ciclones y las inundaciones estacionales, que se ven agravados por el cambio climático. En 2018, el 31,5% de la población de Bangladesh vivía por debajo del umbral de pobreza. La mayoría de las personas que vienen a buscar refugio son niños, a menudo solos y, por lo tanto, muy vulnerables a la desnutrición.

En los campamentos oficiales e improvisados, hemos ayudado a acoger comunidades y refugiados interviniendo en las áreas de nutrición y salud, salud mental y cuidado de niños, así como agua, saneamiento e higiene. También hemos proporcionado diferentes respuestas a las necesidades de los rohingya y las comunidades de acogida.

Apoyar a los rohingyas

Para combatir la desnutrición, aplicamos nuestro conocimiento a diversos campos relacionados con el hambre: acceso a la salud, el agua, el saneamiento y la higiene, pero también la protección de las personas en situaciones de emergencia. Distribuimos 42 768 kits para construir refugios improvisados ​​y permitir que los más vulnerables se refugien. También reubicamos a 351 familias que vivían en áreas propensas a deslizamientos.

La falta de seguridad alimentaria, las condiciones de vida precaria y la ausencia de higiene han elevado las tasas de desnutrición tanto en refugiados como en las comunidades de acogida. Más de un millón de rohingyas viven repartidos en los 34 campos de Cox’s Bazar y, según ACNUR, el 55% de ellos son mujeres y niños. La mayor parte de ellos sufren traumas, se encuentran extremadamente vulnerables y dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Los problemas psicológicos son un obstáculo para la buena nutrición de niños y adultos. Para paliar este problema hemos brindados primeros auxilios psicológicos a 151 120 rohingyas.

Intervenimos en 19 centros de salud en los que 77 728 niños menores de 5 años se hacen pruebas médicas cada mes. En estos centros, 22 588 niños fueron diagnosticados con la forma más grave de desnutrición, desnutrición aguda severa y fueron ingresados ​​para recibir tratamiento.

Nuestros programas de generación de ingresos han creado 12 cocinas comunitarias dirigidas por los rohingyas, que preparan más de 5 000 comidas al día para los más vulnerables.

Nuestros programas han mejorado el acceso al agua mediante la instalación de 232 puntos de agua. La higiene y el saneamiento son un verdadero desafío cuando se vive en un campamento, por lo que distribuimos 52 496 kits de higiene menstrual, realizamos 2 731 sesiones de concientización para la adopción de las mejores prácticas de higiene y evitamos la propagación de la enfermedad. También hemos instalado 4000 letrinas entre 2017 y 2018.

Actuar con Bangladesh

En Cox's Bazar, hemos implementado una respuesta de emergencia multisectorial orientada a las comunidades de acogida. En asociación con organizaciones locales e internacionales, hemos advertido y tratado la desnutrición en todas sus formas. En 2018, se examinaron 59 577 niños y 14 204 mujeres embarazadas o en período de lactancia cada mes. En el mismo año, 149 niños con desnutrición aguda severa, la forma más grave de desnutrición, fueron ingresados ​​y tratados cada mes en nuestros centros de salud.

Para garantizar y mejorar el acceso a la higiene y al saneamiento, en 2018 hemos distribuido 843 kits de higiene menstrual y hemos realizado 91 sesiones de sensibilización sobre buenas prácticas de higiene. Durante el último año, instalamos 155 baños y 18 estaciones de lavado de manos. También hemos instalado 8 pozos y reparado otros 18.

Con respecto al acceso al agua, esencial en la lucha contra el hambre, distribuimos cerca de 14 000 botellas de agua y cortaúñas para preservar la dignidad y la higiene de las poblaciones de acogida. También hemos contribuido a fortalecer la capacidad de respuesta local a los terremotos y a construir resiliencia local en el distrito de Satkhira.