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COVID-19: AYUDA HUMANITARIA EN REMOTO EN IRAQ Y JORDANIA

 

EN EL CONTEXTO DE UNA CRISIS SANITARIA MUNDIAL Y DE MEDIDAS DE CONFINAMIENTO GENERALIZADAS, LAS ORGANIZACIONES HUMANITARIAS ESTAMOS ENCONTRANDO SOLUCIONES ALTERNATIVAS PARA GARANTIZAR LA CONTINUIDAD DE NUESTRAS INTERVENCIONES Y PROTEGER A LAS TRABAJADORAS Y TRABAJADORES HUMANITARIOS Y A LAS POBLACIONES CON LAS QUE TRABAJAMOS.

Desde la confirmación de los primeros casos de COVID-19, nuestros equipos en Jordania e Iraq han proporcionado líneas telefónicas de emergencia para acompañar a la población y transmitir información sobre los riesgos del virus.

Jordania acoge actualmente a casi 1,3 millones de refugiados sirios, la mayoría de los cuales dependen de la ayuda humanitaria. Según las Naciones Unidas, el 78% de ellos (menos los que viven en campamentos) viven por debajo del umbral de la pobreza. Además, hay un gran número de población jordana vulnerable que tiene dificultades para alimentarse ante un confinamiento drástico. El rápido despliegue de restricciones draconianas y el cierre de las fronteras han provocado la interrupción parcial de los programas de ayuda en un contexto humanitario muy frágil.

La crisis humana en Iraq sigue siendo una de las más inestables, con más de 4,1 millones de personas que necesitan asistencia inmediata. Pero, tras el cierre de los aeropuertos y la prohibición de viajar en el país, se ha suspendido la mayoría de los programas humanitarios. Extremadamente debilitadas por los conflictos y los desplazamientos forzados, las poblaciones son las primeras víctimas de las consecuencias indirectas de la lucha contra la pandemia: más allá del impacto sobre la salud, que todavía no se conoce bien, el cese forzoso de las actividades generadoras de ingresos augura un grave deterioro del nivel de vida.

Nuestros equipos sobre el terreno también están en confinamiento y están haciendo todo lo posible para seguir proporcionando apoyo remoto a las personas vulnerables y protegerlas del virus.

MANTENER LA AYUDA HUMANITARIA A LAS COMUNIDADES DE ACOGIDA Y DE REFUGIADOS EN JORDANIA

Desde el 16 de marzo, Jordania ha estado bajo un estricto confinamiento para detener la propagación del virus. Las autoridades  instauraron el toque de queda nacional para limitar el movimiento de personas y promover el distanciamiento social.

En Azraq, Irbid y Amman, trabajamos con personas vulnerables como parte de nuestros programas de seguridad alimentaria, agua y saneamiento, y salud mental. Con el confinamiento, hemos adaptado nuestros proyectos de concienciación que se hacía en el terreno y ahora a través del teléfono. Cada semana, la gente puede recibir nuestro apoyo y aprender sobre la COVID-19, sus riesgos y medidas de protección.

Fuimos de los primeros en utilizar este sistema de concienciación remoto. Somos testigos de la importancia de un intercambio, incluso a distancia. A la espera de que se levanten las restricciones, a través del teléfono se establece un vínculo de confianza y, en consecuencia, permite comprender la situación en la que se encuentra la persona. También ayuda a identificar las necesidades inmediatas y las estrategias de adaptación de nuestros beneficiarios y beneficiarias. La mayoría de las personas que expresan la necesidad de recibir este acompañamiento son jornaleros que, en tiempos de confinamiento, se encuentran sin ninguna fuente de ingresos.

"Este es especialmente el caso de los refugiados sirios, que normalmente se benefician de nuestros programas de asistencia monetaria, que ayudan a la población afectada por la crisis a cubrir sus necesidades básicas, ya sean alimentarias o no alimentarias", explica Zina Al-Gharaibeh, Supervisora Técnica de Agua y Saneamiento.

La gran mayoría de las personas expresan el deseo de recibir información regularmente sobre las medidas preventivas para protegerse a sí mismos y a sus familias de cualquier riesgo de contaminación. La pandemia de la COVID-19 ha generado una oleada de noticias falsas e interpretaciones dudosas en todo el mundo y en Jordania también.

"VEMOS UN AUMENTO SIGNIFICATIVO DE LOS RUMORES SOBRE LA COVID-19, LO QUE HACE QUE NUESTRO TRABAJO SEA AÚN MÁS IMPORTANTE PORQUE PODEMOS PROPORCIONAR INFORMACIÓN FIABLE Y TRANQUILIZAR A NUESTROS INTERLOCUTORES" ADEEL, OFICIAL TÉCNICO EN AGUA, SANEAMIENTO E HIGIENE

Cada día, 38 de nuestros empleados informan, protegen y aconsejan. Con las llamadas telefónicas a distancia, hemos descubierto un papel considerable que desempeñar en el esfuerzo colectivo para detener la propagación de la pandemia en el país.

INFORMAR A CADA FAMILIA SOBRE LOS PELIGROS DEL VIRUS EN IRAQ

Al igual que en todo el mundo, el país también se ha visto afectado por la pandemia. Para limitar la transmisión de la enfermedad, las autoridades han cerrado las fronteras y los aeropuertos. Es probable que la economía del país, que depende en un 70% de sus ingresos del petróleo, se enfrente a una considerable disminución de ingresos como resultado de la caída de los precios mundiales del petróleo.

Antes de esta crisis sanitaria, trabajábamos dentro y fuera de los campamentos para responder a las necesidades de la población, las de las comunidades de acogida, desplazadas y refugiadas. Día de hoy, las organizaciones humanitarias solo podemos trabajar sobre el terreno para llevar a cabo intervenciones relacionadas con el virus o cualquier otro programa médico; otros proyectos han sido suspendidos desde principios de marzo. No obstante, proporcionamos diariamente asistencia telefónica de emergencia para mantener el vínculo con las comunidades, informarles sobre los riesgos del virus, los medios de protección y ofrecerles llamadas más especializadas para hablar de sus dificultades psicológicas, si es necesario.

"EN ESTOS MOMENTOS ESTAMOS PRESTANDO APOYO PSICOSOCIAL A DISTANCIA, PARA RESPONDER A LA ANGUSTIA CAUSADA POR EL VIRUS, PERO TAMBIÉN A LOS CASOS DE VIOLENCIA DOMÉSTICA QUE SE ESTÁN MULTIPLICANDO EN IRAQ Y EN TODO EL MUNDO". ELISE MADOUCHE, COORDINADORA DE EMERGENCIAS EN IRAQ

En las zonas de difícil acceso, especialmente en las zonas rurales, la gente todavía no está informada de los peligros del virus y de su propia existencia.

"Hemos hablado con una mujer que vive en una aldea remota. ¡Nunca ha oído hablar de la pandemia, de la COVID-19 o del hecho de que todo el mundo se ha visto afectado!",  Sardashti, Sinuni.

Paralelamente a esta labor de información y apoyo psicológico, nuestros equipos en Mosul están distribuyendo kits de higiene a las personas con menos recursos para garantizar que el jabón y los desinfectantes sean accesibles para todos. Esperamos intensificar pronto este tipo de distribuciones en otras ciudades y campamentos donde las infraestructuras sanitarias son deficientes y la población más vulnerable todavía no ha recibido ninguna ayuda.

A pesar de la lenta propagación del virus y de la movilización de las autoridades iraquíes y los agentes humanitarios, el país corre el riesgo de enfrentarse a una crisis sanitaria sin precedentes: los hospitales carecen de equipos y medicamentos para responder a las crecientes necesidades, y la percepción del virus como una enfermedad vergonzosa empuja a algunas personas a esconderse y a no buscar tratamiento, y muchas familias rechazan el sistema de cuarentena. En este contexto, las distribuciones y el apoyo telefónico de urgencia son cruciales en términos de prevención para evitar la propagación y la sobrecarga de las instalaciones médicas. Nuestro objetivo es fortalecer estos sistemas y hacerlos accesibles a todos: mujeres, adolescentes, ancianos...

Hasta la fecha, en Mosul, Dohuk y Sinuni nos hemos puesto en contacto con más de 2000 personas en todo el país con el fin de hacer circular el mensaje a toda la familia, y hemos podido distribuir productos de higiene a varios cientos de hogares.

Más allá de estas actividades, nuestros equipos están preparando activamente nuevos proyectos para responder al impacto económico de la pandemia: la ayuda financiera y el apoyo a los medios de subsistencia son las principales prioridades para los próximos meses.

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