En esta comunidad, la vía fluvial es un seguro de vida

La vía fluvial es más de lo que parece. La idea que subyace a este monumental proyecto es: "¿cómo llegar a Paguir durante las inundaciones?

Más que abrir un camino en el agua, la vía fluvial es la autopista de los suministros que salvan vidas.

"Teníamos dos motocicletas, pero estaban aparcadas inútilmente. No podíamos usarlas. Y en Old Fangak teníamos dos botes a motor, pero no podíamos usarlos más que para cruzar el río. Si querías ir a Paguir tenías que estar cuatro horas en una canoa que no más que un tronco de árbol ahuecado. En esas canoas no hay forma de relajarse. Lo mejor que podías hacer era estirar las piernas y volverte a encoger", narra el jefe de base de Acción contra el Hambre, Joe Joe Zubahyeah, que después de viajar entre la maleza y la hierba no podía creer el sacrificio que estaban haciendo los trabajadores humanitarios y Acción contra el Hambre para llegar y ayudar a Paguir.

Se necesitaba una solución innovadora.

"Todos hemos sufrido por culpa del agua. Y la ayuda humanitaria no pudo llegar a nuestra zona porque la carretera estaba bloqueada. Por eso nos ofrecimos como voluntarios para abrir un camino", explica Tito Biel, un miembro de la comunidad de 39 años que, junto con otros muchos miembros solidarios, se metió en el agua, hoz en mano, para abrir la vía fluvial.

Alguien que no conozca la situación podría pensar que esto significa simplemente cortar unas cuantas ramitas a lo largo del agua y ya estaría todo listo para montar una barca. Pero la realidad es muy distinta.

Todo el agua está cubierta de hierba alta y espesa que no se puede atravesar ni siquiera empujándola hacia un lado. Es un campo enorme. Para pasar hay que cortar la hierba desde abajo, y luego la gente tiene que empujar el trozo cortado hacia un lado con todas sus fuerzas.

Gatchang Leknyang, un miembro del personal local de Acción contra el Hambre que trabaja en seguridad alimentaria, tenía experiencia previa en quitar la hierba gruesa del agua, así que dirigió al grupo de 50 hombres locales.

 "La hierba no se puede quitar si no se corta la raíz bajo del agua y luego se saca... Yo solía meterme en el agua para cortar la raíz... Te sumerges, cortas durante 30 o 60 segundos dentro del agua y luego sales... Trabajé junto a los hombres para motivarlos".

Acción contra el Hambre involucró activamente a las autoridades locales y a la comunidad, que tras algunas dudas e incredulidad iniciales sobre la posibilidad de alcanzar un objetivo tan tremendo, respaldaron plenamente a Acción contra el Hambre.

"Proporcionamos alimentos y dinero en efectivo por el trabajo que la gente hacía limpiando el cauce. Las personas que sólo sobrevivían con pescado y nenúfares podían mantener a su familia con este dinero mientras trabajaban para abrir el cauce en beneficio de la comunidad y también de Acción contra el Hambre", explica James Gatluak, director del programa de salud y nutrición de Acción contra el Hambre en Paguir.

James vio de primera mano la necesidad urgente de la vía fluvial para que los medicamentos y los suministros de nutrición para los niños pudieran llegar a la comunidad durante la crisis de las inundaciones.

"Antes de la vía fluvial, los suministros sanitarios y nutricionales tardaban cuatro horas en llegar en una canoa local... Ahora es muy fácil con la vía fluvial. La semana pasada recibimos nuestras medicinas y las trajeron el mismo día y de forma gratuita. Los recibimos a tiempo y nuestro médico estaba muy contento porque puede dar tratamiento a tiempo".

Tardaron casi cuatro meses y la gente sólo podía trabajar ocho o nueve metros al día. 50 personas al mismo tiempo. Pero tanto la comunidad como Acción contra el Hambre se concentraron en lograr este objetivo.

"Acción contra el Hambre nos ofrece su apoyo diciéndonos muchas ideas, como la vía fluvial, que pueden ayudarnos a hacer frente a la situación tras las inundaciones. Sabíamos que en el agua hay serpientes y que es arriesgado, pero no pensamos en ellas", dice Gatwech Deng, otro de los hombres que abrió la vía fluvial. "Lo hacemos porque este es nuestro lugar, nadie lo hará más que nosotros... Lo hacemos por nuestra comunidad", añade Kai Duop, que trabajó codo con codo con Gatwech dentro del agua.

La resiliencia de la comunidad de Paguir es extraordinaria. Ellos solos han conseguido que la pista de aterrizaje de Paguir no se inunde. Esto es muy importante porque la pista es el único medio de transporte rápido de suministros.

En Old Fangak el único transporte aéreo que puede aterrizar es un helicóptero; por lo tanto, todas las avionetas van ahora a Paguir. Y gracias a la vía fluvial, todo el mundo puede beneficiarse de poder transportar rápidamente los suministros que salvan vidas.

"Esta vía fluvial no sólo ha beneficiado a Acción contra el Hambre", explica el personal de logística, Chuit Deng. "Otros socios humanitarios y ONG también pueden coordinar sus movimientos. Digamos que otra organización tiene suministros médicos que vienen de Juba, ahora pueden acudir fácilmente a través de la vía fluvial y recogerlos. El canal beneficia a otras ONG, a la comunidad, a los comerciantes locales y a Acción contra el Hambre. No hay límite... Es un salvavidas para todos".

La vía fluvial cambia las reglas del juego. Con todos los costes de transporte y logística reducidos drásticamente gracias a la vía fluvial de Acción contra el Hambre, todo ese presupuesto puede ir ahora directamente a los programas que sirven a la resiliente población de Paguir.

Fotos: Peter Caton para Acción contra el Hambre, Sudán del Sur