Haití: la frontera final de la erradicación del cólera

Trazillio Mazard recuerda la sensación de miedo, en todas partes. Recuerda haber visitado un centro de salud cuando seis personas murieron de cólera en un solo día. Recuerda haber trabajado desinfectando casas y cómo, dos días después, la epidemia también le quitó la vida a su compañero de trabajo.

El cólera apareció en Haití por primera vez solo unos meses después del devastador terremoto de enero de 2010. En los primeros días, no había mucha información sobre la mortal enfermedad, que actuaba tan devastadoramente rápido. “Éramos tan vulnerables porque éramos muy ignorantes”, dice Trazillio, quien se unió a Acción contra el Hambre como químico y técnico de laboratorio ese año.

Una de las principales formas en las que se propaga la enfermedad transmitida por bacterias es a través del agua contaminada, por lo que es frecuente durante las crisis humanas, cuando colapsan los sistemas de saneamiento y salud. El brote exacerbó las debilidades existentes en los sistemas de salud de Haití y esta falta de capacidad y experiencia local para combatir una gran epidemia provocó un pánico generalizado.

El cólera se propagó rápidamente, bloqueando el acceso al agua potable, a un saneamiento adecuado, a servicios de salud y a la educación. Las personas asociaron la enfermedad con sus entorno habitual y, desesperados por huir, se mudaron a otras zonas y llevaron consigo la bacteria a otras comunidades.

Entre 2010 y 2018 hubo más de 800 000 casos sospechosos y se produjeron alrededor de 10 000 muertes identificadas por cólera en Haití.

Nuestros equipos llevando a cabo una sesión de educación sobre higiene.

“Mucha gente pensó que el cólera era resultado de la brujería y que no podían hacer nada para protegerse”, dice Véline Sévère, responsable de agua, saneamiento e higiene Acción contra el Hambre en Haití. “Poco a poco, se empezó a comprender que esta es una ‘enfermedad real’ y que es posible protegerse adoptando mejores prácticas de higiene”.

Afortunadamente, las comunidades haitianas ahora están mejor preparadas para prevenir casos y lidiar rápidamente con cualquier brote nuevo. Sus esfuerzos masivos para eliminar la enfermedad, junto con la dedicación de las autoridades locales, nuestros equipos y otros socios, están dando sus frutos: el último caso confirmado de cólera en el país se detectó en febrero de 2019. Si transcurren tres años sin una nueva infección, la epidemia será considerada oficialmente erradicada por la Organización Mundial de la Salud.

“No tenemos el mismo miedo porque estamos armados con un conocimiento que antes no teníamos”, señala Trazillio, quien ahora es el coordinador del eje de trabajo relacionado con el cólera. “Estoy convencido de que podemos erradicar el cólera con el conocimiento y las herramientas que tenemos ahora. Cuando todo termine, será un gran logro, un sueño hecho realidad”.

UN ENFOQUE EVOLUTIVO
Desde que comenzó el brote en 2010, desde Acción contra el Hambre hemos liderado los esfuerzos de erradicación en las regiones del Noroeste y Artibonite, donde el brote fue más virulento. Al principio, cada vez que se informaba de un nuevo caso, nuestros equipos se enfocaban en la distribución masiva de suministros para equipar a la mayor cantidad de personas posible con las herramientas necesarias para prevenir la propagación del cólera. Distribuimos kits de higiene con productos para el tratamiento del agua, jabón y sales de rehidratación oral a todos las familias en las comunidades con un mayor riesgo y realizamos sesiones educativas para sensibilizar sobre la importancia del lavado de manos, mejorar el saneamiento y mostrar cómo tratar el agua en casa.
 

“Al principio tenía miedo, en shock, viendo a los niños morir en los centros de salud. Sentí que no podía hacer lo suficiente para ayudar. La gente estaba tan paralizada por el miedo que tenían miedo de tocarse. Había tantas preguntas sobre cómo hacer frente a la enfermedad. Rápidamente hicimos materiales de capacitación para sensibilizar a las personas sobre cómo se transmitió para calmar el miedo”. Véline Sévère, responsable de agua, saneamiento e higiene Acción contra el Hambre en Haití
 

En 2014, en colaboración con el Ministerio de Salud Pública y Población de Haití, y UNICEF, establecimos un sistema de vigilancia, investigación y alerta en las regiones Noroeste y Artibonite. Nuestros equipos se encargaron de responder a todos los casos sospechosos en un plazo de 48 horas. Comenzamos a adoptar un enfoque más específico: establecimos cordones sanitarios para investigar los casos sospechosos, distribuimos kits de higiene, desinfectamos espacios y puntos de agua, y continuamos la labor de educación. También pusimos en marcha estaciones de descontaminación para asegurar fuentes de agua peligrosas.

Durante la última década, nuestros equipos aprendieron de los errores y se adaptaron. En 2014, hubo un caso sospechoso en Bassin Bleu en la región Noroeste, pero los funcionarios de salud en las áreas circundantes no fueron alertados a tiempo, lo que provocó un brote. Nos dimos cuenta de que los funcionarios locales no estaban involucrados en la respuesta inmediata y no compartían sistemáticamente la información de los diferentes casos.

Para abordar este problema, desarrollamos una red comunitaria y capacitamos a varios agentes locales en monitoreo epidemiológico. Actualmente, contamos con unas capacidades y habilidades locales más sólidas que garantizan que se proporcionen y respondan a las alertas en 48 horas máximo, incluso en comunidades remotas. UNICEF, uno de nuestros principales donantes, experimentó una mayor efectividad en las áreas donde trabajamos y dedicó fondos adicionales para apoyar la red comunitaria.

Un miembro de nuestros equipos desinfectando una vivienda después de que se informara de un caso sospechoso de cólera.

Hoy, nuestro enfoque para abordar el cólera y otras enfermedades transmitidas por el agua es conocido como la técnica de la espada y el escudo, cuyo objetivo es detener la propagación potencial de nuevos brotes y mantener los esfuerzos de prevención en las comunidades más vulnerables.

Cuanto antes reaccionemos ante los casos sospechosos, más probabilidades hay de detener la propagación de la epidemia. Nuestros equipos de respuesta rápida tienen como objetivo responder a las llamadas de alerta en 24 horas, el 80% del tiempo, y dentro de 48 horas, el 95% del tiempo. Además, ahora, después de que se establecen cordones sanitarios alrededor de una vivienda sospechosa de cólera y a una veintena de casas colindantes, nuestros equipos de respuesta rápida se transforman en equipos de participación comunitaria, que fomentan la adopción de mejores prácticas de higiene.

Un aspecto innovador de nuestro programa incluye un proyecto de investigación para obtener localmente productos de tratamiento de agua. En este momento, muchos de los productos utilizados para prevenir enfermedades transmitidas por el agua, como las tabletas de cloro, se proporcionan de forma gratuita como parte de los programas de ayuda internacional. Para estimular los mercados locales y garantizar la sostenibilidad, nuestros equipos evalúan cómo son de viables los mercados locales para productos para el tratamiento del agua, entrevistando a la gente de las comunidades para comprender a qué precio estarían dispuestos a comprar estos productos, ofrecerlos a un precio razonable y promover su venta.

Una sesión de sensibilización en un mercado local.

“Empezamos a ver la luz”, dice Véline. “Ya no tenemos miedo porque estamos preparados para enfrentar esta enfermedad y podemos ver la diferencia que estamos haciendo en las comunidades".

Sin embargo, a pesar de que se han logrado avances contra el cólera, la atención internacional sobre Haití y su epidemia ha disminuido, así como los fondos necesarios para mantener el trabajo de prevención y abordar las causas subyacentes del brote. Además, los recientes disturbios políticos han cerrado las carreteras y han bloqueado el acceso a las comunidades, lo que limita la capacidad de nuestros equipos para movilizarse rápidamente cuando se denuncian nuevos casos sospechosos.

“Podemos erradicar este flagelo en Haití, pero no es inconcebible decir que la lucha contra el cólera podría detenerse ahora debido a la falta de fondos, a pesar de que estamos cerca de su erradicación", afirma Cédric Piriou, director de Acción contra el Hambre en Haití. “Con todo el progreso que hemos logrado contra esta epidemia, es tan importante ahora como siempre mantener nuestro trabajo para mejorar el saneamiento y la higiene, proporcionar un acceso seguro, asequible y confiable al agua limpia, y evitar que el cólera resurja”.