Jordania: reciclar para vivir una vida nueva

Jordania, una tierra sin costa de Oriente Medio en la que viven más de 10 millones de habitantes, está sujeta a una estabilidad que la convierte en una excepción en la región. A pesar de que comparte frontera con países conflictivos, la casa Hachemí ha convertido en una cuestión de honor el mantenimiento de la paz en los últimos años.

El país ha roto con la imagen triste y recurrente del mundo árabe en constante guerra. Esto no es fácil cuando te encuentras geográficamente frente al conflicto palestino-israelí o cuando, a unos kilómetros, llueven bombas en Siria.

Indudablemente, estas situaciones dramáticas tienen un impacto directo en Jordania. Este ha demostrado ser un país anfitrión desde 1948 para los refugiados palestinos, luego, en la década de los 90, para los refugiados iraquíes y más recientemente para los refugiados sirios. Como resultado de estos conflictos, el reino alberga actualmente a más de 67 000 refugiados palestinos y cerca de 665 500 refugiados sirios, registrados por ACNUR.

Hoy, podría haber 1,2 millones de sirios viviendo allí. Muchos de ellos, al menos el 84%, están viviendo en comunidades de acogida. La mayor parte han estado viviendo en el país durante años, provienen de una inmigración natural y no tienen ningún vínculo con la crisis actual en Siria. Sin embargo, el 16% restante vive en campos de refugiados como Zaatari o Azraq.

Ayudar a los más vulnerables

Con el fin de cubrir las necesidades de la forma más completa posible, Acción contra el Hambre se encuentra implementando programas que abordan la falta de infraestructura y fortalecen los medios de vida de los más vulnerables, ya sean sirios o jordanos.

Con este objetivo, nuestro equipo ha puesto en marcha un proyecto con el propósito de fortalecer la gestión de los desechos sólidos, después de haber percibido que, a pesar del alto nivel de producción de desechos en Jordania, actualmente solo hay 18 lugares de disposición de residuos operativos, solo cuatro de los cuales están ubicados en el Norte. Sin embargo, la industrialización, la urbanización y la crisis siria están aumentando la producción de desechos sólidos en la región.

Pagamos a trabajadores, hombres y mujeres, que recogen desechos y materiales reciclables al aire libre. Además de apoyar al municipio en la recogida de residuos, este programa hace posible ofrecer ingresos a estas personas a través de un salario, así como un ingreso extra a través de la reventa de materiales reciclables. 

Para Adam, un joven jordano de 18 años, este proyecto ha supuesto un cambio en su vida diaria. “Ahora tengo un trabajo que me mantiene ocupado y me permite mantener a mi familia y proteger el medio ambiente”.

En este programa sirios y jordanos se encuentran igualmente representados, lo que permite aliviar la tensión y crear lazos entre las dos comunidades.

“Que jordanos y sirios trabajen codo con codo permite que se conozcan los unos a los otros mejor. Trabajando juntos esperamos que también puedan vivir juntos”, Osama Hourani, responsable de comunicación de este proyecto.