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Kamelia - Diez lecturas de una década de bloqueo

Kamelia - Ten Readings of a Blocked Decade

 

#OpenGaza

'¿Dónde está la casa de Kamelia?' Pregunto al conductor mientras salgo del coche cuidadosamente para no mancharme los zapatos de lodo. Trato de localizar la bonita casa sobre la que la gente me ha hablado, distingo una pequeña villa con un cuidado huerto delante. Solo pocos minutos después, me habré dado cuenta de que no hay muebles dentro de la casa. Nadie habría imaginado que esta familia tenía tan poco.

 ‘Solíamos vivir en una habitación en la casa de los padres de mi marido con nuestros siete niños, antes de construir la casa’, dice Kamelia como si estuviese leyéndome el pensamiento. A pesar de lo que nosotros pensaríamos de un lugar frecuentemente golpeado por la guerra, Kamelia es una de muchas mujeres que cree que su casa es un lugar seguro. ‘Pusimos todos nuestros ahorros en la construcción de esta casa, pero las paredes no sirven para alimentar a los niños’, señala. Poco sabía sobre los futuros cambios políticos que darían un giro a su vida poniéndola del revés. 

En los primeros días de bloqueo en Gaza, el marido de Kamelia perdió su trabajo. Había estado trabajando durante años en la construcción de una fábrica Palestina que dependía completamente de materiales importados de Israel. A cambio de alimentos, su marido comenzó a ayudar a su hermana en un pequeño supermercado. ‘Al no tener prácticamente beneficios, nos vimos forzados a reducir alimentos para ayudar a nuestra familia’, explica Kamelia. ‘Mis vecinos siguen diciéndome que debería vender mi casa. Yo no quiero, aunque  hayamos sido desplazados dos veces durante las guerras de 2008 y 2014, siempre volvemos a nuestra casa’.  

Después de varios intentos por encontrar trabajo, ya que se había  licenciado como profesora de árabe, Kamelia encontró el programa de ayudas económicas de Acción contra el Hambre y su postulación fue aceptada. ‘Fue un alivio que el trabajador social considerara mi caso a pesar de haber visto mi casa’

Kamelia también involucró a su familia en el negocio que emprendió con el dinero de Acción contra el Hambre de cría de ovejas. Su hijo, estudiante de ingeniería, construyó el cobertizo y su marido ayuda con las tareas del hogar. ‘Mi comunidad era muy escéptica cuando empecé el negocio de cría de ovejas, pero gané confianza durante los cursos de formación. Me enseñaron a gestionar mi negocio; y también aprendí cómo planificar y ahorrar dinero para futuras inversiones’

Kamelia explica que su pequeño negocio es el primer escalón hacia ingresos más sostenibles. Añade sonriendo: ‘Las ovejas son como mis niños ahora. Las vigilo continuamente’. 

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