900 100 822 Teléfono gratuito

Formulario de búsqueda

Historias

La Covid-19 golpea más fuerte a las personas en riesgo de exclusión

 

“Hay personas en situación de emergencia que necesitan una respuesta rápida, atención inmediata y directa”, señala Lorena Hernández, responsable de los programas de empleo en nuestra organización. El equipo técnico informa de que algunos participantes de estos proyectos no tienen ordenador, tampoco internet, y solo están conectados a través del teléfono móvil. “Y esto, que puede parecer banal, les hace que no tengan acceso a las ayudas de los servicios sociales porque solo se pueden solicitar telemáticamente”, añade Hernández.

En Acción contra el Hambre hemos reforzado nuestros programas de empleo ofreciendo apoyo psicosocial a todas estas personas que están en desempleo y que se encuentran en situación de vulnerabilidad. “Ahora nuestro trabajo principal es mantener una escucha activa, conocer qué necesidades tienen, cómo podemos acompañarlos y, en un segundo plano, seguir trabajando las competencias digitales y su proceso de empleabilidad”, explica la experta en empleo Lorena Hernández. 

Toni y Beatriz son dos ejemplos de personas que, antes de que llegara el coronavirus a España, ya se encontraban en el paro y que, con la actual emergencia social, su situación ha empeorado. Son las personas invisibles que se empobrecieron con la crisis del 2008 y que luchan por encontrar un empleo o abrir un negocio para salir de la pobreza, y que cuando parecía que volvían a ver la luz, de nuevo vuelven a ser golpeadas por esta nueva crisis que discrimina por género, edad y clase social.

Tanto Toni como Beatriz continúan formándose en el programa Vives Emplea para seguir activos, conectados y preparados para reincorporarse al mercado laboral cuando todo vuelva a la normalidad. Estas son sus historias de vida:

Toni, 54 años, Viladecans

Toni tiene 54 años, dos hijos, es divorciado y desde hace tres años y medio vive con sus padres en un pueblo cerca de Barcelona. Al separarse de su pareja, su situación económica no le permitió irse a vivir solo y tuvo que regresar a la casa familiar: “En casa de mis padres no tenemos ordenador. No nos podemos permitir ese gasto ni tampoco tener internet”.

Toni siempre había trabajado en la hostelería pero, por problemas personales, decidió reorientarse hacia el sector de la logística y la limpieza. Y así lo hace con el programa de Vives Emplea, que participa desde hace varios meses y, ahora con el confinamiento, habla casi todos los días con Nina Colom, su técnica de empleo. “Les acompaño, escucho y apoyo emocionalmente. Estas personas se encuentran en situaciones muy complicadas, muchas no saben si van a poder pagar el alquiler, si tendrán comida todas las semanas… Ahora mismo nuestra principal labor es ofrecerles este apoyo psicosocial”, señala Colom. 

 

A Toni, en estas últimas semanas, le han salido algunas entrevistas para trabajar en los supermercados o en el sector de la limpieza: “te llaman diciendo que están buscando a gente para limpiar o para dependientes en los supermercados pero, a pesar de que necesito el dinero, he tenido que decir que no. Vivo con mis padres, que tienen más de 80 años, y si acepto el trabajo podría ponerles en peligro”. Pero Toni no pierde la esperanza: “estoy frustrado, pero tenemos que resistir, movernos y aguantar el chaparrón”. Y concluye la entrevista afirmando que “mi formación en Vives Emplea me ayudará a encontrar trabajo en alguno de los sectores que busco”.

 

Beatriz, 48 años, Madrid

Beatriz, madrileña, de 48 años y de formación patronista, lleva varios años encadenando trabajos precarios y desde hace un año y cuatro meses se encuentra en desempleo.

La situación actual de confinamiento le agobia, bloquea y le ha hecho perder su sustento: “Por las tardes trabajaba cuidando a una mujer mayor pero con la declaración del estado de alarma tuve que dejarlo”. Los trabajos precarios e informales, que están encabezados por mujeres, son los más perjudicados por esta crisis sanitaria. “El subempleo ha desaparecido. Las mujeres que trabajaban en este tipo de empleos ya no pueden contar con ellos y, por tanto, con su remuneración”, explica Diana Seseña, técnica de empleo en Castilla-La Mancha. Esta experta en empleo señala que las familias monoparentales “son las que más están viendo reducir sus ingresos al no poder trabajar en estos empleos y tampoco solicitar prestaciones”.

Beatriz vive con su hija y su tía en la casa de esta última. “Como solo hay un ordenador, y es mi hija quien ocupa la mayor parte del tiempo con este dispositivo, me levanto muy temprano para tener acceso y buscar empleo, formarme y seguir activa con el itinerario del programa Vives Emplea. Es lo que me permite pensar que pronto vuelva al mercado laboral”, dice Beatriz.

comparte esta historia

ÚNETE

Dona ahora

Tu donación llegará a quien más lo necesita

w55c

Hazte socioa   

Únete a la generación que puede acabar con el hambre

w55c
w55c
¿Cómo colaborar?
Escríbenos y te contamos.
Comparte