Lidia, Guatemala: "Siempre fuimos pobres, nunca tuvimos ni tierras, ni casa propia"

Durante los últimos cuatro años, la sequía causada por “El Niño”, así como las pérdidas causadas por la roya del café, provocaron una disminución de la producción agrícola afectando la principal fuente de ingresos de las familias a lo largo del Corredor Seco guatemalteco. La mayoría de los pequeños agricultores han perdido entre el 75 y el 100% de los cultivos, por lo que la seguridad alimentaria de las poblaciones vulnerables que viven a nivel de subsistencia se ha deteriorado gravemente.

Mujer y niño en Guatemala

Lidia, una mujer de 33 años y madre de 8 hijos, vive en una casa de barro en una aldea de Jocotán (Chiquimula, Corredor Seco). Su hogar no es de su propiedad sino de alquiler. “Siempre fuimos pobres, nunca tuvimos ni tierra, ni casa propia”, cuenta esta mujer indígena de etnia maya chortí. Al mes paga 200 quetzales, que su marido y seis de sus hijos arañan de la tierra trabajando como jornaleros en el corte del café. Pero “solo hay pistillo de octubre a abril”, dice Lidia, “después tiramos de ahorros”. Y es que en la región del corredor seco guatemalteco el trabajo escasea durante la estación de lluvia, es decir, la otra mitad del año.

El futuro en Guatemala para la familia de Lidia

La mayor de sus hijas es Teodora, que con 9 años tuvo que dejar la escuela para ayudar a su familia. Ahora tiene 15 y sus manos ya están machacadas por el trabajo en el campo.El pequeño, de siete meses, llora si no está en los brazos de su madre o de su hermana, su segunda mamá. Lo que más le duele a Lidia, cuenta, es ver a sus hijos pasar hambre. “Comemos si hay, si no aguantamos tomando agua”, dice con una mueca de vergüenza.

Una mujer en casa en Guatemala

Nuestros programas en el Corredor Seco se enfocan en proporcionar asistencia alimentaria a familias en crisis principalmente durante los meses de Hambre Estacional (abril a agosto), así como en el fortalecimiento de los actores locales (municipales y comunitarios).

“Desde que los doctores de Acción contra el Hambre llegaron a nuestra comunidad mis hijos más chiquitos no han vuelto a sufrir desnutrición”. En coordinación con el gobierno hemos introducido un proyecto multisectorial para intentar dar un vuelco al terrible círculo vicioso de “pobreza y hambre”. La estrategia consiste en apoyar los medios de vida de las comunidades rurales con proyectos agrícolas al tiempo que atacan el problema nutricional. Se realiza un seguimiento continuado del estado de los menores de cinco años, tratando o refiriendo al hospital los casos más graves.

“Yo espero que Juan Gabriel (el pequeño) pueda terminar la escuela e incluso acceder a la universidad”, dice Lidia. “Ese sería mi mayor sueño”.

Serie fotográfica sobre la desnutrición crónica en Guatemala 

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