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Historias

Lucía, voluntaria de La Carrera contra el Hambre, nos cuenta su experiencia

 

"Hacer las prácticas voluntarias en Acción contra el Hambre me ha aportado mucho. Fue intenso, pero educativo. El primer día en las oficinas, cuando Iris nos dio la formación para formar parte del equipo de Acción Contra el Hambre, estaba muy ilusionada. Las ONG’s siempre me han llamado la atención. Es un conglomerado de gente organizada con un fin social último: ayudar a los más vulnerables (sea por causa de hambre, de no tener hogar, no tener derechos...). ¡Y  qué alegría formar parte de los agentes de sensibilización!".

"La primera charla, dada a diversos cursos de secundaria, estuvo repleta de nervios. Yo iba a ser esta vez la típica chica que va al cole una mañana a darte “una chapa”. Y aunque tú solo quisieras salir al recreo a pasar el rato con tus amigos, en el fondo, algo te llamaba a prestar atención. Era la delicadeza y pasión con la que hablaban esas voluntarias sobre el tema. Por eso, ya en las charlas siguientes, me crecí y di todo lo mejor para mostrar el testimonio de los niños de Etiopía y cómo afrontaban el día a día con los mínimos recursos. Hacíamos la charla muy dinámica para que ellos también participasen. Hubo de todo: caras de sapo, ruidos de grillo en la sala, culos inquietos y gritos salvajes. Dependiendo del curso (desde primaria hasta bachillerato), reaccionaban de una forma u otra. A mí me gusta mucho todo lo que tiene que ver con las Ciencias Humanas y Sociales como son la Psicología, Sociología, Antropología, así como la Educación. Por lo que fue muy interesante la manera en que funciona la presión de grupo, cómo se influencian los unos a los otros y cómo eso repercute, mismamente, en el funcionamiento de una charla de sensibilización. Me gustó también el tener que adaptar la forma de comunicarme dependiendo del curso de los chavales: porque a cada edad le va a interesar más contarlo con un tono u otro. Por eso, para mí fue un reto. Un reto que quería afrontar para aportar mi pequeña gota en esta incansable batalla que es el hambre.

No recuerdo desde cuándo comencé a interesarme tanto por la reducción de desechos de comida. Puedo asegurar que no hay día que me deje un grano de arroz en el plato. Ni tan solo la salsa. Si tienes comida en el plato (que más de la mitad del mundo no concibe tener esta imagen las 5 veces al día ni mucho menos), te lo comes. Es así de sencillo. Y si no, creo que los frigoríficos hacen una buena labor de conservar bien las comidas hasta varios días. Yo no concibo el hecho de tirar comida. Y ahora que Acción Contra el Hambre me ha mostrado los impactantes datos que te hacen darte cuenta de la verdadera realidad, menos todavía. Porque 8500 niños mueren al día por causa del hambre: ¡es que no llego casi ni a creérmelo! Por el hambre… la comida, y el preciado agua.

Lo que me pareció más bonito del funcionamiento de La Carrera Contra el Hambre fue el hecho de que los niños participan. Hay una interacción. Son ellos los protagonistas en la lucha contra el hambre para ayudar a los verdaderos protagonistas que, en este caso concreto, eran los habitantes de Etiopía en riesgo de desnutrición o que la sufrían. Los chavales son los que hacen el trabajo de informar sobre esta grave situación, al mismo tiempo que captan fondos para la causa. ¡Es una genial idea! Ser parte de los agentes de sensibilización ha sido toda una experiencia y espero haber aportado algo valioso a esta dura lucha. ¡Gracias! Nunca dejéis de concebir las otras realidades que este mundo alberga".

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