Nigeria: el gran abismo entre el conflicto y el desarrollo

Mientras que Nigeria es la segunda potencia económica de África, más del 60% de su población vive en el umbral de la pobreza. Hace más de nueve años que comenzó un conflicto entre el  gobierno y los grupos armados no estatales que ha provocado cerca de 27 000 muertes en el nordeste. Más de dos millones de personas han sido desplazadas en los estados de Borno, Yobe y Adawana.

Estas personas se han refugiado en los campos formales e informales en las poblaciones de acogida, provocando un impacto en las condiciones de vida de las comunidades locales. El conflicto en curso priva a la población de los medios de subsistencia y de ayuda vital, lo cual agrava el balance de desnutrición en los países más vulnerables. En esta región, cerca de 2,9 millones de personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria severa y 440 000 niños sufren malnutrición aguda severa. La ONU estima que más de 800 000 personas viven todos los días en zonas inaccesibles para los actores humanitario, lo cual hace temerse lo peor para estas familiar atrapadas.

Nigeria es un país desmesurado. Tras ser la primera potencia económica de África en 2016, su principal fuente de ingresos es el sector petrolero y la agricultura. El país es también la primera potencia demográfica del continente con 190 millones de habitantes y se estima que podría alcanzar los 400 millones en 2050. Durante este tiempo, la diferencia aumenta: una veintena de multimillonarios y más de 30 000 millonarios hacen frente al 61% de la población que vive con menos de un dólar al día. Si bien Lagos presume de un boom económico, el país se encuentra con grandes disparidades, sobre todo en el norte, que sufre una falta de inversión así como un conflicto  que mina los esfuerzos de desarrollo.

A diario, las necesidades de la población son visibles, particularmente en nuestras zonas de intervención que cubren las regiones de Jigawa, Yobe y Borno. En la frontera con Níger, nuestro equipo se desplaza cada semana para atender en las comunidades aisladas a las mujeres embarazadas y en período de lactancia así como a sus hijos que sufren desnutrición.

Algunas familias llegan a caminar hasta tres horas para poder recibir el tratamiento. En el estado de Borno, las personas desplazadas han perdido todos sus bienes al huir de grupos   armados. Gracias a nuestras actividades de transferencia monetaria, les ayudamos a responder a sus necesidades más urgentes, pero también a encontrar y a desarrollar nuevos medios de subsistencia de la manera más digna y autónoma posible. En Jigawa trabajamos mano a mano con el gobierno para poner en práctica una política de protección social.

Nuestros equipos intervienen tanto con las personas desplazadas como las comunidades de acogida para ayudarles y desarrollar nuevos recursos gracias al apoyo monetario, pero también para luchar contra la desnutrición a través de actividades de nutrición, seguridad alimentaria y medios de existencia y agua, saneamiento e higiene. Entre las intervenciones de desarrollo en los estados de Jigawa y de Yobe –en los que trabajamos sobre todo a largo plazo para ayudar a las instituciones nacionales a abordar los problemas de salud y reforzar la resiliencia de la población, y las actividades de urgencia en Borno, hemos llegado a más de 4,8 millones de personas en 2017.

Nuestros programas son respaldados por la Unión Europea, la dirección general de protección civil y las operaciones europeas de la Comisión Europea (ECHO), la Agencia de los Estados Unidos para el desarrollo internacional (USAID), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Fondo humanitario de Nigeria (NHF, la Agencia francesa de desarrollo (AFD), el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, el Departamento de desarrollo internacional (DFID), Asuntos Mundiales Canadá (GAC), la Agencia sueca de Cooperación Internacional para el desarrollo (SIDA), la Dirección de desarrollo y cooperación suiza (SDC).