Rodora Madrigal recuerda perfectamente el momento en que ocurrió el incendio en 2006. Su casa estaba muy cerca de la fábrica que comenzó a quemarse. Las altas temperaturas que alcanzó su casa por la noche le forzaron a abandonarla. Pudo coger algunas pertenencias, pero se quedaron en la calle.
Tiene miedo de que pueda ocurrir otra vez. “No tenemos ninguna oportunidad de sobrevivir si las llamas entran en el barangay porque las casas están construidas pared con pared”. En su casa viven 5 personas (su marido, hijo, nuera y nieto).
Va a adquirir un microseguro como mecanismo de preparación para futuros desastres, gracias al programa que Acción contra el Hambre está desarrollando en el municipio de Valenzuela. Este sistema les permite cobrar una cantidad de dinero ahorrada mensualmente, para que puedan invertirla en reconstruir sus medios de vida y sobreponerse al impacto de un desastre, provocado por el fuego o por desastres naturales.