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"¿Qué puedo darle?": Madres desesperadas, obligadas a huir para conseguir alimentos

Mumina Afyarow caminó más de diez millas con sus tres hijos pequeños hasta el campamento de desplazados más cercano en una búsqueda desesperada de comida y agua.

Mumina Afyarow caminó más de diez millas con sus tres hijos pequeños hasta el campamento de desplazados más cercano en una búsqueda desesperada de comida y agua.  

A Mumina Afyarow, madre de tres hijos y viuda, no le quedaba leche para amamantar a su hija menor, de solo cinco meses. "¿Qué le puedo dar?", pregunta la joven.

En el suroeste de Somalia, la grave sequía y el acceso extremadamente limitado al agua potable y a los servicios de salud han dejado a muchas madres en una situación como la de Mumina. En las comunidades de pastoreo y los campamentos de desplazados, la escasez de alimentos es cada vez más común.

Mumina es viuda y tiene tres hijos. Además está embarazada. El año pasado, Mumina, perdió sus cabras y burros, la fuente de ingresos y alimentos de la familia, a causa de la sequía. Desesperada por comida y un nuevo medio de vida para mantenerse a sí misma y a sus hijos, Mumina dejó su hogar en la aldea de Garasweyn y caminó más de 11 millas hasta el campamento de desplazados más cercano. Estaba embarazada de cuatro meses en ese momento y su prima instó a Mumina a venir al campamento antes de dar a luz para que pudiera acceder a la atención médica y a un lugar seguro para dar a luz a su bebé. 

En su viaje, el  hijo de 18 meses de Mumina no pudo caminar mucho tiempo. Así que ella se vio obligada a detenerse y esperar a un lado de la carretera, con la esperanza de que alguien la recogiese. Afortunadamente, un hombre en una motocicleta se detuvo y se ofreció a llevarlos.

"No parábamos de llorar y el hombre nos permitió subir junto a un barril de plástico vacío que llevaba en la motocicleta", cuenta.  La madre y sus tres hijos llegaron después del anochecer y se quedaron con la prima de Mumina durante la noche antes de buscar refugio en el campamento de desplazados.

La vida en el campamento de desplazados es muy dificil. La vida en el campamento no es nada fácil. Hay una grave escasez de alimentos y cada vez está más lleno. La desnutrición severa es común entre los niños pequeños, y la mayoría de las personas dependen completamente de la asistencia humanitaria de Acción contra el Hambre y otras organizaciones.

La mayoría de las personas que llegan al campamento son mujeres con niños pequeños. Las pocas familias con una figura masculina presente tienen más opciones de ingresos y otros recursos: pueden buscar trabajo en la ciudad cercana.

La sequía se ha intensificado este 2022

No ha llovido nada. Los pozos de agua se han secado y más personas han tenido que huir de las zonas rurales para buscar ayuda en las principales ciudades. En Acción contra el Hambre estamos transportando agua potable a ciudades, aldeas y campamentos de desplazados en todo el suroeste y también kits de higiene para ayudarles a defenderse de los brotes de enfermedades. Aún así, nuestros equipos móviles han visto que la disminución de los suministros de alimentos está causando aumentos en la desnutrición entre los niños. 

Los pozos de agua se han secado por la grave sequía que sufre el país. "No quiero que mi hijo se muera de hambre", dice Mumina, quien se preocupa por sus propios hijos y los de sus compañeras madres desplazadas.

Su vecina, Aftin Madker, ha visto como su hijo de dos años se ha puesto muy grave por desnutrición. "Me preocupa mucho la situación en la que está el hijo de mi vecina. He vendido el único cubo que teníamos por $ 1.50 para comprar comida", cuenta Mumina. 

El esposo de Aftin huyó del campamento porque no podía encontrar comida para alimentar a sus hijos o trabajar para mantenerla.  Aftin, embarazada, vio impotente como la salud de su hijo se deterioraba. Le subió la fiebre y la diarrea y los vómitos aparecieron. Su abuela le dio a Aftin todo el azúcar que tenía, no había otra comida.  Aftin hizo una solución de azúcar y agua y se la dio a su hijo. "No sabía qué hacer. Le di el agua con el azúcar que tenía", cuenta.

El hijo de Aftin estaba muy enfermo cuando el equipo móvil llegó al campamento. El equipo móvil de Acción contra el Hambre viaja a aldeas y campamentos de desplazados para monitorear la salud y la nutrición de las personas que viven allí y brindarles atención médica. Nos encontramos con Aftin y su hijo, e inmediatamente descubrimos que tenía desnutrición.  Rápidamente le dimos medicamentos para controlar la fiebre, pero aún así, era dificil que se recuperase porque el pequeño no tenía Plumpy'Nut, el alimento terapéutico utilizado para tratar la desnutrición, por lo que nuestros equipos los ayudaron a llegar al centro de estabilización de Acción contra el Hambre, donde el niño pudo recibir tratamiento hospitalario.

No solo los precios de los alimentos están aumentando, el combustible también es más costoso.

Las personas que viajan en motocicleta para obtener agua en las zonas rurales se enfrentan a una elección imposible: abandonar su ganado y sus medios de vida y dejar que los animales restantes se debiliten aún más y mueran o incurrir en más deudas para transportar agua hacia y desde aldeas remotas para mantenerse a sí mismos y a sus rebaños.

Ahmed Malim Isak y Jele Ali Gedi son copropietarios y trabajan con su motocicleta. La mayoría de sus clientes son pastores, que no tienen dinero para pagar los viajes durante la sequía, por lo que los dos hombres no han podido comprar combustible. Hace dos días, llegaron a El Barde, la ciudad principal que está a más de 15 millas de su pueblo natal, y desde entonces, han estado varados, incapaces de pagar el gas necesario para regresar a casa.

Ahmed Malim Isak y Jele Ali Gedi no pueden hacer frente al precio de la gasolina. La mayoría de los pastores han obtenido préstamos para pagar alimentos para ellos y sus animales con promesas de pagar cuando la sequía disminuya. En una comunidad, un grupo de 15 propietarios de ganado han pedido prestado más de $ 7,000 y planean pagar cuando lleguen las lluvias.  "Continuaremos preguntando si podemos obtener los préstamos", dice Jelle Ali, un anciano cuya aldea recibe asistencia en efectivo y servicios de transporte de agua de Acción contra el Hambre.

Acción contra el Hambre está proporcionando a casi 2.000 familias vulnerables en la zona, incluidas Aftin y Mumina, transferencias de efectivo de $ 70 por mes durante tres meses para ayudarlos a sobrellevar la situación. El dinero les ayudará a comprar bienes básicos y mitigar los efectos de la sequía.

El agua y los alimentos son productos preciosos. La asistencia de emergencia (agua importada por camiones y transferencias de efectivo) ayuda a las familias a corto plazo, pero son intervenciones costosas que son difíciles de sostener a largo plazo, especialmente a medida que crece el número de personas necesitadas. Para madres como Mumina, estos son tiempos verdaderamente difíciles.

 

 

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