Sujood - Diez lecturas de una década de bloqueo

Me recibió una pequeña y bonita niña con una enorme cicatriz, rastro de una quemadura, en la cara. Después de llamar, sin éxito, a su madre para avisarle de que habíamos llegado, tiró la chaqueta para alertarla. ‘Lo siento, mi mamá solo oye con un oído’ explica la niña. 

La cicatriz de la hija de Sujood es la prueba más evidente del horror de la última guerra en Gaza en 2014. Su casa fue bombardeada mientras estaban durmiendo. Bader fue seriamente abrasada y perdió la audición de uno de sus oídos. Su marido murió allí mismo. ‘Mi hija de siete años fue descubierta bajo el cuerpo de mi difunto marido’, explica Sujood. ‘Ella siguió un tratamiento de cirugía plástica y aún necesita cremas muy caras para tratar las quemaduras. Está muy traumatizada y dejó de hablar a causa del shock’. 

Como el bombardeo destruyó la casa completa, Sujood tuvo que recurrir a atención segura refugiada en el colegio hasta que acabó la guerra, después recibió fondos para alquilar una casa. ‘Mi marido solía vender pan dulce antes de fallecer, pero no conseguía ahorrar’, explica Sujood ‘Por eso, después de la guerra, yo y mis tres hijas dependíamos de los cupones para comida y la ayuda de nuestros vecinos y familia’. 

Con la ayuda de Acción contra el Hambre, Sujood finalmente comenzó un negocio de alquiler de sillas. En las bodas o los funerales, la gente necesita sillas. Aunque aún sufre a causa de sus quemaduras, es activa y ambiciosa. Incluso sueña con compaginar su actual negocio con uno de fotografía en el futuro. ‘Durante la guerra’, explica, ‘me di cuenta de lo importante que es documentar el sufrimiento humano. Y eso es posible a través de la fotografía.’