Historias
Una mañana en el centro de salud de Yirimadio en Bamako

El día a día en la lucha contra la desnutrición en Malí.
Día del tratamiento contra la desnutrición severa
Eran las 8:30 cuando llegamos al centro de salud de la comunidad de Yirimadio pero Rokia, la partera de la unidad nutricional, llevaba trabajando desde bien temprano. Hoy se han unido otros cuatro compañeros a echar una mano: es día de tratamiento contra la desnutrición en el centro.
Hoy, los niños que sufren desnutrición aguda sin complicaciones médicas acuden al centro para recibir su ración semanal de alimentos terapéuticos listos para su uso. Hay mujeres y niños fuera esperando y un alegre alboroto dentro del centro: madres entrando y saliendo, desnudando a sus hijos, hablando unas con otras, distrayendo a los niños para que no tengan miedo cuando sean pesados y medidos…
Distribución de alimentos terapéuticos
Tras completar la revisión y comprobar que la salud de los niños mejora, las enfermeras comienzan a distribuir bolsas de productos terapéuticos para una semana para los niños con desnutrición aguda severa.
En seguida, los niños comienzan a reclamar su ración de PlumpyNut: una especie de mantequilla de cacahuete enriquecida con vitaminas, minerales…, todo en dosis medidas para adecuarse al frágil metabolismo de los niños desnutridos agudos.
Rokia se convierte en el centro de este pequeño mundo. A la derecha coordina y vigila, y a la izquierda supervisa la lactancia materna, mientras bromea con madres y enfermeras.
Mejorando poco a poco
Encontramos a dos niños hospitalizados en la habitación de al lado: Salim, hijo de Fatoumata, que vino hace 8 días desde Gao. Salim está mejorando poco a poco y el edema ha comenzado a reducirse. Empiezan a ser visibles los primeros efectos del tratamiento, antes de comenzar a ganar peso. Salim tiene un montón de problemas en la piel, pero se está recuperando y se encuentra mejor. Para tranquilizar a Fatoumata, Rokia le presenta a Awa. Esta niña había llegado al centro exactamente en las mismas condiciones que Salim. También sufría edemas severos por la desnutrición aguda que había estado sufriendo durante semanas. Ahora, Awa apenas tiene que venir al centro para sus revisiones periódicas. Se veía aliviada a Fatoumata, estaba comprobando que su hijo mejoraría muy pronto. Y así es una mañana cualquiera en el centro de salud de Yirimadio en la capital de Malí.
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