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Una semilla de bondad - La historia de Nader Abu Anza

un hombre revisa plantas en un invernadero

Nader, en el invernadero que Acción contra el Hambre le ayudó a montar en la Franja de Gaza. 

"Me presenté a la convocatoria de Acción contra el Hambre para el programa de desarrollo empresarial 'LIFE Palestina'. Tras superar los criterios técnicos establecidos por la organización, fui seleccionado como beneficiario y recibí la formación técnica, comercial y financiera que necesitaba para abrir mi negocio.

Mi negocio empezó recuperando un invernadero de 500 metros cuadrados, de mi propiedad, pero que no era apto para uso agrícola. Mi vecindario lo utilizaba como vertedero. Este fue el primer y mayor reto a superar, pero se convirtió en un cambio positivo para el proyecto. El terreno pasó de ser una zona contaminante a una respetuosa con el medio ambiente.

Me enfrenté a muchos retos durante la recuperación del terreno, incluida la conexión a una fuente de agua. Tras varios intentos, conseguí superarlos y ahora tengo un medio de vida permanente, cultivando diversas hortalizas de temporada, como tomates, pimientos y berenjenas", cuenta Nader.

DESDE QUE EMPECÉ MI NEGOCIO, MI VIDA EMPEZÓ A CAMBIAR. MI ESTILO DE VIDA PERSONAL EMPEZÓ A CAMBIAR.

un hombre trabaja en un invernadero

"Empecé a sentirme independiente cuando conseguí ser autosuficiente económicamente. Compartí mis experiencias con mis vecinos, y ellos se inspiraron para recuperar también sus tierras como yo. Ahora tenemos siete líneas de agua que se extienden desde mi tierra hasta las tierras vecinas. Esto ha tenido un gran impacto medioambiental en la zona, convirtiendo las tierras baldías en productivas y generadoras de ingresos. En cuanto a mi familia, se ha producido una gran transformación. Ahora podemos comprar alimentos variados. También pude comprar muebles para el hogar que antes no tenía, utilizando los ingresos de mis tierras. Mis niveles de estrés se redujeron y me hice más resistente a los problemas. Hoy, gracias a mi propio negocio, me he convertido en propietario de una empresa y no en un trabajador. He podido emplear a veinte trabajadores en el invernadero, incluidos los miembros de mi familia. Por eso llamé a mi negocio 'Semilla de bondad'", relata.

ESTE PROYECTO HA SIDO POSIBLE GRACIAS AL GENEROSO APOYO DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO (AECID).


logo de aecid, del consultado general de España en Jerusalén y la Cooperación Española

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