Vivir en el abismo, la historia de Muhib

"Estaba pensando en vender todos los muebles de mi casa y tratar de cruzar el mar en barco con los solicitantes de asilo de la ciudad portuaria septentrional de Trípoli, para escapar con mi hija del colapso financiero del país. Cuando vi las noticias del naufragio del barco de migrantes y de todos esos hombres, mujeres y niños que murieron, cambié inmediatamente de opinión porque no quería ver a Dalia (la hija de Muhib) ahogarse delante de mis ojos".

Estas son las palabras de Muhib[i], un libanés de 39 años que está en paro y vive con su hija Dalia, de 5 años, en Sin El Fil, Beirut.

La grave situación de Muhib se debe a la crisis económica que comenzó en 2019 en el Líbano. La explosión de Beirut del 4 de agosto de 2020 empeoró la situación. La explosión mató a unas 200 personas, hirió a 6.000 y dañó gravemente edificios e infraestructuras, además de desplazar a unas 250.000 personas por toda la ciudad. La crisis prolongada y la acumulación de acontecimientos redujeron el producto interior bruto (PIB) a 18.080 millones de dólares en 2021, frente a los 51.610 millones de dólares de 2019.

Muhib lo perdió todo tras la explosión del puerto. Antes de la explosión, trabajaba y podía comprar medicamentos para su grave eczema. Pero desde la explosión, los medicamentos son casi inexistentes y muy caros en el país, por lo que ya no podía permitírselos y su eczema empeoró. Por ello, Muhib tuvo que dejar de trabajar.

Muhib, que padece una enfermedad de la piel, eczema, y su hija Dalia, de 5 años, cogidos de la mano en su casa de Sin El Fil, Beirut. (Elena Garcia Serra/Acción contra el Hambre).

El aumento del precio de los medicamentos es solo un reflejo de la inflación del país. Según las estadísticas oficiales, la inflación total de diciembre de 2019 a octubre de 2021 alcanzó el 519%, mientras que el precio de los alimentos y las bebidas no alcohólicas aumentó un 1874% en el mismo periodo[ii]. Esto provocó que más de la mitad de la población libanesa tenga ahora unos ingresos por debajo del umbral de pobreza, incluido Muhib, y que la pobreza multidimensional[iii] en el país se duplicó, pasando del 42% en 2019 al 82% en 2021[iv]. También se estimó que en 2021 1,3 millones de personas padecían inseguridad alimentaria[v].

Acción contra el Hambre respondió a la crítica situación de Muhib

Acción contra el Hambre tiene como objetivo aliviar el sufrimiento de familias como la de Muhib a través de intervenciones en Seguridad Alimentaria y Medios de Vida. Durante 2021, llegamos a un total de 6.277 personas (incluidas 2.626 mujeres) en el Líbano en este sector de intervención.

Con el apoyo de la Embajada de Francia, Acción contra el Hambre llevó a cabo actividades de nutrición, incluida la promoción de la alimentación de lactantes y niños pequeños, y distribuyó ayuda monetaria multipropósito a las familias que más lo necesitaban en Beirut. Hasta ahora, en el marco de este programa, el proyecto ha podido llegar a 607 hogares, que incluyen aproximadamente a 3.035 personas.

Muhib recibe ayuda monetaria multipropósito de Acción contra el Hambre: "Sólo recibo ayuda de Acción contra el Hambre, y quiero darles las gracias por estar a nuestro lado". Nos cuenta que utilizó el dinero en efectivo para pagar unos meses de alquiler, así se asegura de que él y Dalia tengan un techo durante los próximos meses, el dinero restante lo utilizó para comprar alimentos. "Antes de la ayuda en metálico, vendía mis muebles para conseguir dinero con el que comprar comida. Vendí el horno, la bombona de gas, nuestro televisor, la unidad de aire acondicionado y la lavadora". - explicó Muhib.

La pequeña estufa que Muhib utiliza para cocinar en su casa de Beirut tras vender la cocina junto con otros muebles para conseguir dinero con el que comprar comida. (Elena Garcia Serra/Acción contra el Hambre)

A pesar de la ayuda, la grave situación económica del país y la inflación dificultan el acceso de Muhib y su hija a las necesidades básicas. Por mencionar sólo algunas, no puede comprar ciertos tipos de alimentos, sólo tiene unas pocas horas de electricidad al día, porque no puede permitirse un generador de combustible, así que no puede usar el frigorífico, y tampoco tiene suficiente agua para uso doméstico.

Según explica, "sólo puedo comprar arroz, patatas, sal, azúcar y aceite. No puedo comprar pollo, carne roja, frutas ni verduras; son caras. Ahora tampoco puedo comprar judías, incluso el zaatar y el picón (ingredientes tradicionales) son caros... Esto afecta a la salud de mi hija, que se ve privada de alimentos nutritivos, juguetes y ropa nueva…".

Muhib también participó en sesiones de concienciación sobre nutrición en las que aprendió qué dar de comer a su hija y a buscar fuentes alternativas de proteínas, ya que no puede comprar carne ni pollo. También ha aprendido a medir el perímetro braquial de su hija para saber si sufre o no emaciación, una forma grave de desnutrición.

Muhib y Dalia viven en una situación muy frágil. Dada la prolongación de la crisis y el deterioro de la situación socioeconómica del país, cada vez hay más personas que necesitan ayuda humanitaria, es necesario garantizar una respuesta sostenible para familias como la de Muhib.

"En lo único que pienso es en mi hija. No me preocupo por mí, sólo por mi hija y su futuro". - Muhib.