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Terremoto Ecuador: “El número de personas que piden ayuda sigue aumentando”

27/04/16

 

Diez días después del desastre, el número de personas que acude a los centros de distribución de ayuda sigue aumentando. Muchas personas siguen durmiendo en la calle por miedo a las réplicas. 

Acción contra el Hambre, una de las primeras organizaciones en desplegar su intervención, ha diseñado una respuesta a corto, medio y largo plazo. Nuestros equipos están distribuyendo filtros de agua y material de higiene básica en los refugios y planifinado diferentes estrategias, como la entrega de dinero efectivo a cambio de tareas de desescombro y recuperación, de modo que la población pueda asegurar su alimentación a la vez que se avanza en la reconstrucción.

El  apoyo  psicológico y la recuperación de medios de vida son también una prioridad para la organización.

“Todavía vemos que la gente está traumatizada. Todos los días hay réplicas, aunque de menor intensidad, pero el temor permanece”, señala desde la zona Maximiliano Verdinelli, responsable de Seguridad Alimentaria del equipo de emergencia de Acción contra el Hambre en Ecuador. “El miedo persiste. Las personas que tienen sus hogares cerca del mar temen volver. Prefieren dormir en la carretera y a ras de suelo”, añade Juliana Ruiz, jefa de base de Pasto, Colombia, que viajó a Ecuador 24 horas después de la catástrofe para ayudar a coordinar la emergencia del terremoto de Ecuador. “La población afectada lo está viviendo como puede, afrontando la situación. Mucha gente que perdió su fuente de ingresos aunque no su hogar se está también desplazando a los centros de entrega de comida”.

 

Según los primeros datos de las evaluaciones efectuadas por los equipos de Acción contra el Hambre sobre el terreno, “vemos que el daño que ha causado el terremoto no ha sido solo en las viviendas, también se ha producido un enorme daño en los medios de vida de la población, sobre todo en el sector de la acuicultura”, añade Maximiliano Verdinelli. Un alto porcentaje de la población de la costa trabajaba en esta  industria, que se ha visto paralizada por completo, ahora se ve abocado a una situación de desempleo y obligado a acudir los albergues donde reciben un plato de comida. “Debemos prestar especial atención a cómo atender a esas personas que han perdido su principal fuente de ingresos, a cómo generar mecanismos de protección social que permitan que la situación de desempleo no degenere en otras más negativas. Es necesario que miremos más allá de la emergencia y establecer un plan de acción a medio plazo orientado a la recuperación.

Respuesta a corto, medio y largo plazo
Desde Acción contra el Hambre se ha realizado un diagnóstico del daño originado por el terremoto tanto a corto como a largo plazo. Por un lado, en estos momentos los esfuerzos deben centrarse en la respuesta más inmediata de la emergencia, donde se necesita agua, alimentos, refugio y apoyo psicosocial. Y por otro, también debe fijarse la atención en la recuperación de medios de vida, donde los sectores más afectados son el camaronero, el pesquero y la recolección de conchas. “Ambos enfoques deben hacerse de manera coordinada, para evitar que la gente se instale en los albergues como única opción para recibir ayuda, generando así una dinámica social muy negativa”, puntualiza Maximiliano Verdinelli.

Acción contra el Hambre está trabajando en la planificación de diferentes estrategias, como la puesta en marcha de un sistema de protección social basado en transferencias monetarias, de manera que se cubra la falta de empleo hasta que los sectores más afectados empiecen a recuperarse, al mismo tiempo que se estimula la economía local.

Desde que se produjo el terremoto el pasado 17 de abril, Acción contra el Hambre ha movilizado un equipo de 10 personas en las 24 horas inmediatas de producirse el terremoto. La organización ya ha llevado a cabo distribuciones de kits de higiene, así como de filtros, tanques de agua y cisternas a la población afectada en los albergues, así como mosquiteros para mitigar el riesgo del virus Zica. Además, está planificando el equipamiento necesario para montar baby tents, espacios seguros donde madres y niños recibirán apoyo psicosocial para afrontar el impacto de la catástrofe. 

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