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Trabajamos por la construcción de paz en Colombia

28/02/17

Estamos presentes en el país desde hace más de 20 años, desarrollando iniciativas con el objetivo de fomentar el diálogo y la convivencia social entre víctimas, grupos desmovilizados e instituciones gubernamentales de Colombia

 

Aún hay 4,9 millones de personas con necesidades humanitarias en Colombia

Por primera vez en 50 años del conflicto colombiano, generaciones enteras acostumbradas a vivir en la violencia ven como la paz está más cerca que nunca. Un conflicto que ha dejado atrás más de 260.000 muertos y siete millones de personas desplazadas. Pero todavía hoy hay 4,9 millones de personas con necesidades humanitarias. Por eso la comunidad humanitaria quiere reivindicar su papel en el posconflicto como una pieza clave en la consagración de una paz sostenible.

“Para que la construcción de paz sea eficaz, es fundamental recuperar la confianza entre la población y las instituciones. Desde Acción contra el Hambre trabajamos junto a las autoridades y organizaciones locales, y las poblaciones para contribuir a la resolución de conflictos sociales”, explica José Luis Barreiro, Director de Acción contra el Hambre en Colombia.

Garantizar el acceso donde las instituciones no llegan

En un escenario de construcción de paz, los grupos armados desmovilizados se quedan y posteriormente se reinsertan en lugares remotos, con problemas de comunicación y ausencia de vías de transporte. Es en este escenario donde el trabajo humanitario aporta un enorme valor añadido y complementa las obligaciones del Estado.

“Durante décadas las organizaciones humanitarias hemos facilitado la llegada de los funcionarios y los recursos públicos a las poblaciones más remotas, respetando estrictamente nuestros principios de independencia, imparcialidad y neutralidad”, dice Barreiro. El trabajo humanitario busca, por lo tanto, fortalecer las capacidades y la integridad de la población, especialmente en aquellos lugares donde el Estado no logra llegar. A la vez, debe ser capaz de atender las nuevas situaciones humanitarias que pueden darse en los territorios.

Para llegar al postconflicto, el Gobierno de Colombia estima que deberán pasar unos doce años, tras décadas de confrontación armada. Su  éxito requerirá coherencia, tiempo e inversión social, especialmente en las zonas rurales. Acción contra el Hambre pone al servicio de los esfuerzos nacionales su experiencia y conocimiento en las zonas donde está presente, así como su capacidad humanitaria en caso de ser necesaria.

Construyendo convivencia: “Escuelas para la paz”

“En las zonas rurales de Colombia, como las de Córdoba, las escuelas son algo más que una institución educativa. Son tradicionalmente espacios donde se encuentran y se generan diálogos para la convivencia”, destaca Barreiro. “Escuelas para la paz” es un proyecto que Acción contra el Hambre implementa desde 2008 para fomentar el diálogo entre la población víctima y la población receptora y así mejorar la convivencia para la paz. 

Este proyecto es además, una clara demostración de la interrelación que existe entre lo humanitario y el desarrollo a largo plazo. “Rehabilitamos aulas, comedores y los sistemas de agua y saneamiento de las escuelas. Pero además, contamos con las propias comunidades para crear comités de gestión. Con ello no solo los capacitamos y empoderamos, sino que favorecemos las relaciones entre las instituciones gubernamentales y las propias comunidades”, explica Barreiro.

Las necesidades humanitarias seguirán existiendo

Lejos de disminuir, aún hoy hay 4,7 millones de personas con necesidades básicas y 7 millones de desplazados como consecuencia de la violencia. Acción contra el  Hambre está presente en las zonas rurales afectadas por el conflicto desde 1998 y desde la fecha, se han atendido a 475.000 personas. “Trabajamos en 39 municipios, 31 de los cuales han sido priorizados por el Gobierno de Colombia para el postconflicto”, señala Barreiro.

“Hay lugares donde no se han erradicado todas las formas de violencia y donde sigue habiendo grupos armados que siguen afectando a la población”, comenta José Luis Barreiro. “Esto pone en evidencia la importancia de poner en marcha toda la capacidad humanitaria para que el acuerdo de paz sea una realidad”, concluye.

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