Ucrania: nuestros equipos se preparan para responder a los efectos de la guerra

A medida que continúan los bombardeos y los combates en Ucrania, más personas huyen a través del país ya los países vecinos. Naciones Unidas estima hasta el momento que más de un millón de personas están desplazadas en Ucrania y que más de 660.000 han encontrado refugio en países vecinos. La mayoría ha huido a Polonia, Hungría, Moldavia, Rumanía y Eslovaquia. Si el conflicto continuara durante varias semanas, se estima que más de 5 millones de personas podrían verse obligadas a huir de la violencia y más de 18 millones de ucranianos necesitarán ayuda humanitaria.

Más allá de Europa, el conflicto en Ucrania también podría tener implicaciones significativas para la seguridad alimentaria mundial. De hecho, África y Oriente Medio por sí solos absorben el 40% de la producción de maíz y trigo de Ucrania. Es probable que el cese de cultivos y exportaciones a causa del conflicto tenga consecuencias a medio plazo en la seguridad alimentaria de estas regiones, cuyos mercados ya están muy afectados por los efectos indirectos de la pandemia de COVID-19. Ante esta situación sin precedentes, desde Acción contra el Hambre nos estamos movilizando y enviando equipos de emergencia para evaluar las necesidades de las poblaciones de refugiados en Polonia y Moldavia. La primera información que nos llega apunta a necesidades significativas en términos de agua, higiene, saneamiento, acceso a la atención y salud mental. De hecho, muchos refugiados huyeron con pocas pertenencias personales para buscar refugio lo más rápido posible.

“MUCHOS HAN ABANDONADO A SUS SERES QUERIDOS, AMIGOS, HOGARES Y PERTENENCIAS”.

También estamos en estrecho contacto con otros socios humanitarios en Ucrania y estamos evaluando la manera de apoyarlos lo más rápido posible. De hecho, con los combates y los bombardeos, hay muchas necesidades de vivienda y de artículos de primera necesidad. El acceso al agua y al saneamiento también se está convirtiendo en un tema crucial a medida que pasan los días. El sector de la salud, ya precario y debilitado por la epidemia de COVID-19, también necesita apoyo para seguir atendiendo las necesidades preexistentes pero también para adaptarse a las necesidades que puedan surgir con el conflicto. Finalmente, estamos monitoreando de cerca el mercado de alimentos en Ucrania porque sabemos que el conflicto tendrá repercusiones en el precio y la accesibilidad de los alimentos en un país ya frágil.

En este terrible contexto, recordamos a todas las partes en el conflicto que a la población civil se le deben evitar los efectos directos e indirectos de las hostilidades y que todas las partes en conflicto deben garantizar el acceso de los trabajadores humanitarios.