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Desertificación: qué es y cómo afecta a los países más vulnerables

La desertificación es un grave problema ambiental en la actualidad.

 

Uno de los retos ambientales en el que debemos poner más énfasis en la actualidad es la desertificación. Su causa se debe principalmente a la actividad humana y las variaciones climáticas que han impactado enormemente en ciertas zonas del planeta. Sin embargo, poco ha escuchado la población sobre este grave problema y, mucho menos, está haciendo algo al respecto para frenarlo.

La desertificación está causada por la debilidad del medio ambiente de las zonas secas que sufren escasez de agua, lo que supone alrededor de un tercio de la superficie del planeta. A ello, debemos sumar el uso inadecuado que el hombre le ha dado a la tierra, como la sobreexplotación de los espacios mediante la deforestación, la construcción de urbes, la minería, el sobrepastoreo y las malas prácticas de riego.

Pero también hay que tener en cuenta los factores sociales que fuerzan a ciertas sociedades a ‘exprimir en exceso’ el suelo como la pobreza, y la inestabilidad política, que afectan gravemente a la productividad del suelo y a su consecuente desertificación.

¿Qué es la desertificación?

Casi 12 millones de hectáreas se pierden cada año a causa de la desertificación y el 40% de las tierras degradadas del mundo entero están ubicadas en zonas vulnerables.

La desertificación es un proceso de degradación que se da en muchas naciones del mundo. Según destaca el ministerio de Exteriores de España, en el mundo hay más de cien países con condiciones de aridez y semiaridez. El continente africano es el que sufre más los efectos de la desertización; seguido por Asia, América Latina y el Caribe. Aun así, se trata de un problema que también afecta al sur de Europa y, más concretamente, a España.

Así, las zonas secas que cuentan con tierras fértiles están dejando de ser productivas, generando graves consecuencias, y la actividad humana y los cambios climáticos tienen mucho que ver con ello.

La desertificación ha traído muchas consecuencias, como la muerte de numerosas especies de animales y vegetales, la inseguridad alimentaria, más pobreza, migraciones de millones de personas que no quieren abandonar sus hogares y los fenómenos climáticos aún más continuos, como las peligrosas inundaciones y huracanes.

La desertificación es un grave problema ambiental en la actualidad.

¿Cuáles son las causas y efectos de la desertificación?

La degradación de la tierra está afectando a más de 3.200 millones de personas en todo el mundo, impidiéndoles disfrutar de una vida cómoda y tranquila, poniendo en peligro su seguridad alimentaria. Las causas y efectos de la desertificación se producen por una serie de factores que explicaremos a continuación:

Causas de la desertificación

Las cifras hablan por sí solas: casi 12 millones de hectáreas se pierden cada año a causa de la desertificación y el 40% de las tierras degradadas del mundo entero están ubicadas en zonas vulnerables, con una alta incidencia de pobreza. No hay una única causa, sino que es un proceso complejo.

La desertificación se debe a las prolongadas sequías estacionales, el clima semiárido, la erosión del suelo, las tierras poco fértiles, los incendios forestales, la explotación irresponsable de los recursos que nos brinda la tierra y el cambio climático, entre otros factores. 

La solución de la desertificación es promover una agricultura sostenible que se adapte al clima seco, típico de las tierras degradadas, para asegurar el acceso al agua.

Efectos de la desertificación

La desertificación ha traído numerosos efectos negativos para el ecosistema y las personas que viven en suelos degradados. Tiene impacto en la pobreza, la sostenibilidad, el medio ambiente y la estabilidad económica de las personas.

Pero, sus efectos van más allá, ya que el hábitat está perdiendo su equilibrio: la desaparición de especies de animales y vegetales y de suelos fértiles productivos está alterando los recursos naturales. Está disminuyendo además la producción agrícola y aumentando la inseguridad alimentaria, lo que trae consecuencias en la calidad de vida de las personas.

La desertificación está estrechamente relacionada con la pobreza y la inestabilidad económica de las personas.

Desertificación y crisis alimentaria

La desertificación es una de las principales causantes de la destrucción de uno de los derechos más elementales para el ser humano: el derecho a no sufrir hambre y a estar bien alimentados. Este hecho, conocido como crisis alimentaria, impide el desarrollo de las naciones y , además, disminuye la capacidad del ser humano de ganarse el sustento diario.

Según datos del Informe mundial sobre crisis alimentarias 2020 de The World Food Programme, más de la mitad de los 77 millones de personas con inseguridad alimentaria aguda viven en países de África, Oriente Medio y Asia, donde la desertificación es elevada.

De hecho, la crisis alimentaria ligada a la desertificación tiene el denominador común de los fenómenos meteorológicos, que afectan a las poblaciones con inseguridad alimentaria aguda que viven en África, particularmente en el Cuerno de África y África austral, seguidos de América Central y Pakistán.

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Enfermedades por no tomar agua ligadas a la desertificación

La analogía entre la necesidad de agua que tiene el planeta y la que necesita el cuerpo humano es evidente. Aproximadamente el 60 % de nuestro cuerpo se compone de agua, mientras que alrededor del 70% del planeta está cubierto por el líquido elemento. Al igual que para una persona es imprescindible beber agua, la Tierra la necesita para regenerarse. Por tanto, la desertificación es causante directa de que las personas no puedan beber suficiente agua y de que el agua que consumen en muchas ocasiones no posea las condiciones mínimas para el abastecimiento humano.

En este sentido, beber agua contaminada puede ocasionar enfermedades graves como cólera y diarrea. Esta última, por ejemplo, evita que los individuos más vulnerables, como los niños, reciban los nutrientes necesarios para su desarrollo.

Por lo general, la primera consecuencia que genera este tipo de enfermedades es la deshidratación crónica, y cuando aparece, pone en peligro la salud de la persona. Este es uno de los primeros síntomas de la desnutrición, que está estrechamente relacionada con el difícil acceso al agua potable.

Millones de personas han migrado como consecuencia de la desertificación.

Solución de la desertificación

Si queremos que las generaciones futuras tengan un planeta sostenible, debemos proteger nuestros ecosistemas. La solución de la desertificación es promover una agricultura sostenible que se adapte al clima seco, típico de las tierras degradadas, para asegurar el acceso al agua.

También fomentar la reforestación y regeneración de distintas especies de árboles, trabajar para evitar la escasez de agua a través de una mejor gestión, más ahorro y más reutilización. Es esencial emplear métodos agrícolas para el enriquecimiento y la fertilización del suelo.

La replantación forestal es una buena solución para contrarrestar la desertificación.

SIG SAHEL: Inteligencia artificial para salvar miles de vidas

En Acción contra el Hambre estamos recogiendo y procesando datos a través de un sistema de información que combina imágenes satelitales de la producción de biomasa para pastos y las aguas de superficie y de datos aportados directamente por pastores de la zona.

SIG SAHEL es una herramienta muy importante para este fin porque arroja información que puede combatir el hambre en tres niveles distintos, permitiendo a los pastores contar con datos actualizados sobre los movimientos más acertados que deben hacer de su ganado.

Además, Acción contra el Hambre mejoró el sistema con un nuevo algoritmo para hacer perfiles temporales de las aguas de superficie.

¿Cómo trabajamos con SIG SAHEL para solucionar la desertificación?

Alex Merkovic, asesor de mapeo SIG (Sistema de Información Geolocalizada), explica que Acción contra el Hambre, junto con otras organizaciones mundiales, trabaja para la solución de la desertificación de algunas zonas muy vulnerables.

“Gracias a los datos satelitales podemos mapear las condiciones de los pastos y de la vegetación, que nos permitirá predecir las sequías. También contamos con datos de campo para conocer el movimiento de los rebaños, la disponibilidad de agua y las condiciones de los diferentes animales”, expone Merkovic.

 

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