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Apoyamos la lactancia materna: proyectos transformadores en el Líbano y Moldavia

02/08/23

 

Aproximadamente 77 millones de recién nacidos, lo que equivale a 1 de cada 2 bebés, no reciben leche materna en la primera hora después de nacer . Un gesto aparentemente tan simple les priva de nutrientes, anticuerpos y el contacto con la piel de sus madres, elementos esenciales para protegerlos contra enfermedades e incluso la muerte. 


La Semana de la Lactancia Materna, que se celebra del 1 al 7 de agosto, es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de apoyar a las madres y bebés en su viaje, tanto en materia de alimentación como a la hora de crear y preservar su vínculo desde el nacimiento.

 

Proyectos como la sala de lactancia en el Hospital Al Awda, en el Líbano, o el proyecto Mămica Alăptează en Moldavia, respaldados por Acción contra el Hambre, desempeñan un papel crucial al brindar asesoramiento y recursos valiosos para fomentar la lactancia materna y proporcionar a las madres el apoyo, la privacidad y comodidad necesarios en esta experiencia que enfrenta aún más desafíos en situaciones de emergencia o vulnerabilidad. 


Capacitar a las madres lactantes: la importancia de las salas de lactancia


Cartel de la sala de lactancia en el Hospital Al Awda, Libano.

Cartel de la sala de lactancia en el Hospital Al Awda, Libano. © Acción contra el Hambre

 

Acción contra el Hambre, en colaboración con el Fondo Humanitario del Líbano, ha dado un paso vital hacia el apoyo a las madres lactantes al establecer una sala de lactancia en el Hospital Al Awda. Esta iniciativa tiene como objetivo proporcionar a las madres la privacidad y las comodidades necesarias para poder dar el pecho con tranquilidad. Gracias a esta sala de lactancia podemos asegurar que las mujeres disponen de un espacio seguro y cómodo para amamantar y cuidar a sus hijos antes de volver a sus hogares.


El Hospital Al Awda también cuentan con una enfermera para ayudar a cualquier madre que necesite orientación o apoyo con respecto a la lactancia materna. 


Rasha, la enfermera formada para aconsejar a las madres lactantes, destaca las características únicas de la sala, que incluye asientos cómodos que permiten a las madres encontrar la posición más adecuada para amamantar a sus bebés. Las mujeres también pueden puede extraerse leche y guardarla en la nevera, poner a los bebés a dormir o cambiarles el pañal. Además, la privacidad de la sala asegura que las mujeres puedan usarla también para realizar consultas médicas sin verse interrumpidas o coartadas, convirtiendo este cuarto en un espacio seguro y acogedor para las madres y sus bebés.
"Animo a las madres a que, en ausencia de esta sala, den el pecho en cualquier lugar donde se encuentren, porque la lactancia materna es beneficiosa tanto para la madre como para el niño", dice Reem, técnica de nutrición de Acción contra el Hambre en el Líbano.


Esperanza y acompañamiento: el proyecto Mămica Alăptează en Moldavia  

Erodina Titika, una mujer moldava de 25 años, sostiene a su hija Anastasia, de un año y medio, en brazos © Elisa Bernal para Acción contra el Hambre

Erodina Titika, una mujer moldava de 25 años, sostiene a su hija Anastasia, de un año y medio, en brazos. © Elisa Bernal para Acción contra el Hambre


En Moldavia, los padres tienen la opción de disfrutar de una baja por maternidad o paternidad de hasta tres años. Erodina Titika, de 25 años, ha optado por estar en casa durante todo ese período para cuidar y criar a su hija Anastasia. 


Una clave esencial para la maternidad de Erodina ha sido la asesoría sobre lactancia materna que ha recibido de Alina Shmurun, cofundadora y consejera principal de Mămica Alăptează, un inspirador proyecto fundado en febrero de 2015 apoyado por Acción contra el Hambre en Moldavia. El objetivo principal de esta iniciativa es promover y apoyar la lactancia materna, proporcionando servicios de asesoramiento individual tanto en línea como en persona, completamente gratuitos. Además, se organizan talleres grupales para mujeres embarazadas y madres lactantes. La ayuda y apoyo que ha recibido de este proyecto han sido fundamentales para que Erodina pueda dar el pecho de forma exitosa y nutritiva para su pequeña Anastasia.


Desde el inicio, Erodina tenía claro que quería amamantar a su hija. Sin embargo, en los primeros meses, enfrentaron algunos desafíos: Anastasia no comía lo suficiente ya que su cuerpo no aceptaba el alimento. Ante esta situación, Erodina decidió probar con un extractor de leche, pero esto le causaba mucho dolor. Con perseverancia, decidió darle otra oportunidad a la lactancia materna directa y, gracias a los conocimientos adquiridos en Mămica Alăptează, aprendió a alimentar a Anastasia de manera natural y cómo lidiar con cualquier problema que pudiera surgir: "Ahora es más fácil para mí alimentarla de esta manera".


La vida de Erodina y su familia ha tenido altibajos. Ella, su marido y Anastasia comparten un pequeño apartamento de tres habitaciones con su cuñado y su familia. Aunque les encantaría mudarse, tienen que hacer frente juntos a los gastos, que no han hecho más que aumentar con el conflicto en la vecina Ucrania: "El último invierno fue muy duro. El apartamento es muy frío y nos cuesta pagar la electricidad. Incluso antes de la guerra, era difícil. Pero ahora, con Anastasia, ni podemos ni queremos apagar el calentador", cuenta Erodina.

Liliya Bidash, una refugiada ucraniana de 32 años sostiene entre sus manos a su hija de apenas 6 meses, Irina.

Liliya Bidash, una refugiada ucraniana de 32 años sostiene entre sus manos a su hija de apenas 6 meses, Irina. © Elisa Bernal para Acción contra el Hambre


En la tranquila localidad de Popseaca, ubicada en el distrito de Stefan Voda, Moldavia, muy cerca de Odesa (Ucrania), una valiente madre y su pequeña hija han encontrado refugio en medio de la incertidumbre. Liliya Bidash, es una refugiada ucraniana de 32 años y vive con su hija de apenas 6 meses, Irina, en un centro de acogida para personas refugiadas (RAC, por sus siglas en inglés), donde comparten una modesta habitación. 


El 18 de diciembre de 2022, Liliya y su familia huyeron de Ucrania huyendo del conflicto. Por desgracia, el esposo de Liliya permanece en Ucrania, mientras mantiene viva la esperanza de reunirse con su familia.


Durante el nacimiento de Irina, en julio del año pasado en un hospital de Odesa, Liliya enfrentó una situación desgarradora. Sabiendo que la infraestructura de la ciudad estaba sufriendo ataques, el estrés se apoderó de ella. La tensión y la angustia llevaron a Liliya a perder la capacidad de producir leche materna, lo que le impidió amamantar a Irina durante algo más de tres meses. Sin embargo, Liliya mantuvo su enfoque en lo esencial: alimentar a su hija sin importar los obstáculos.


Para ello, Liliya encontró apoyo y orientación valiosos en Mămica Alăptează y el respaldo de Acción contra el Hambre. Allí encontró una guía experta sobre lactancia materna y nutrición para bebés menores de 2 años. 


Con gratitud, Liliya comparte su experiencia: "No estoy en casa, pero estoy en un lugar seguro". Aunque lejos de su hogar, encontró un refugio y un entorno seguro para cuidar y proteger a su hija. A través del apoyo recibido en el centro de acogida y con el conocimiento sobre la importancia de la lactancia materna, Liliya se siente fortalecida para proporcionar a Irina el cuidado que necesita.

 

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