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Aumenta la inseguridad alimentaria en Afganistán un 35% un año después del retorno de los talibanes

10/08/22

 

El 15 de agosto de 2022 se cumple un año de la vuelta de los talibanes al poder en Afganistán. Las sucesivas conmociones que había sufrido la población afgana durante décadas se vieron agravadas por una situación de conflicto sin precedentes, una fuerte crisis económica (agudizada por las sanciones impuestas por potencias extranjeras al nuevo régimen), la peor sequía sufrida por el país en décadas y un reciente terremoto devastador.
Todas estas situaciones han empeorado la ya de por sí problemática situación de la población afgana, provocando que cerca de 24 millones de personas (aproximadamente un 57% de la población) se enfrenten a niveles elevados o críticos de inseguridad alimentaria y requieran de asistencia humanitaria, lo que supone un aumento del 35% respecto al año anterior –­y convirtiéndose en una de las crisis humanas más importantes. La situación es especialmente crítica para 6,6 millones de personas que se encuentran en estado de emergencia, con grandes carencias alimentarias y/o dificultad para acceder a alimentos.

Trabajador de Acción contra el Hambre junto con beneficiarios en Afganistán

Acción contra el Hambre lleva trabajando en Afganistán desde 1995, con un equipo de aproximadamente 900 personas repartidas en cuatro provincias, entre ellas Daykundi, una de las más afectadas.

Como explica el director de campo de Acción contra el Hambre Dr. Fatemi, “ACF decidió actuar en estas zonas y prestar servicios de salud y nutrición donde la necesidad es alta y donde la población no puede llegar a las instalaciones sanitarias existentes. Tras dos años de inestabilidad constante debido a la COVD-19 y a los cambios políticos, la tasa de malnutrición en Daykundi es muy alta y sigue aumentando. La provincia se encuentra en una situación de emergencia. Dirigimos 16 clínicas móviles de salud y cubrimos todos los distritos y la mayoría de las zonas de difícil acceso. Estamos tratando de ampliar el programa porque no se cubren todas las necesidades. Mucha gente no tiene trabajo y el sistema comercial entre Afganistán y otros países no es muy funcional. Lo mismo ocurre con el sistema sanitario, que tampoco será funcional sin el apoyo de la comunidad internacional”.


LA CRISIS AFECTA ESPECIALMENTE A MUJERES Y NIÑOS

Mujer afgana

Las mujeres y los niños son los grandes afectados por esta nueva crisis alimentaria. En marzo de 2022, el Coordinador Residente de las Naciones Unidas declaró que el 95% de la población, y casi todos los hogares encabezados por mujeres, no tienen suficientes alimentos para comer. Hasta 131.000 niños corren el riesgo de morir de desnutrición aguda.

Roqia, por ejemplo, tiene 35 años y vive en el distrito de Tamzan. Tiene ocho hijos y su marido no tiene trabajo. Le preocupa su futuro y el de sus hijos. La familia no tiene ingresos, ni tierras, y el acceso más cercano al agua está a cuatro horas a pie. "Estoy a cargo de toda la familia. No tengo nada que dar a mis hijos, ni tierra, nada. Actualmente debo entre 30 y 40 mil afganis a los comerciantes. Tengo 8 hijos, todavía son pequeños y uno de ellos es un bebé. Necesita leche en polvo y otros gastos. Mi hijos siempre tienen hambre.”

Proporcionar asistencia a estas personas es pieza fundamental de Acción contra el Hambre. Así lo cuenta Hanif, director de mecanismos de respuesta a emergencias en Daykundi: "Nuestro trabajo consiste en realizar evaluaciones e identificar a las personas más vulnerables. Uno de los criterios es apoyar a los hogares encabezados por mujeres, o cuando un niño está por delante de la familia. Lo mismo ocurre con las personas mayores que no pueden trabajar y mantener a sus familias. O cuando una persona tiene una enfermedad crónica, o también personas que tienen problemas mentales. La demanda es muy alta y es imposible ayudar a todos. En zonas como Daykundi, más del 95% de las familias son vulnerables. Esta ayuda se da una sola vez”.

 

EL AUMENTO DEL PRECIO DE LOS ALIMENTOS

Hombre afgano cultivando semillas en un invernadero

La crisis alimentaria se ve agravada por el aumento del precio de los alimentos. En el último año la harina de trigo se ha encarecido un 68%, el aceite de cocina un 55%, los fertilizantes un 107% y el combustible diésel un 93%.

A las sanciones impuestas al gobierno se ha sumado el aumento de precios provocado por conflicto entre Rusia y Ucrania y una inflación sin precedentes en el país. Los productos locales, además, no pueden competir en calidad con aquellos importados -y más caros- debido a la sequía. Al mismo tiempo, la capacidad adquisitiva de la población ha disminuido al no recibir sueldos o estar sin trabajo desde el pasado 15 de agosto.

 

PROYECTOS DE ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE EN AFGANSITÁN

Abogamos por una producción agrícola sostenible y eficiente.
Distribuimos semillas y lo necesario para el cultivo y la sostenibilidad de las familias más vulnerables.

Proporcionamos alimento también para el ganado
Así aseguramos los ingresos de sus cuidadores, que tienen muchas veces a su ganado como único medio de vida.

Damos acceso a agua segura e higiene
Proporcionamos materiales de construcción y experiencia técnica a la población para rehabilitar estructuras de agua en áreas rurales y en áreas dañadas por el conflicto.
Diagnosticamos y tratamos la desnutrición
En un país donde el hambre y la falta de acceso a alimento no dejan de aumentar

 

Imágenes: © Sandra Calligaro para Acción contra el Hambre

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