Malawi: 2,9 millones de personas están en riesgo de inseguridad alimentaria

En los últimos meses más de 11.500 mozambiqueños (la mitad niños) han huido de la violencia en su país y buscan asilo en Malawi, un país que ya acogía a 25.000 refugiados de la República Democrática del Congo, Burundi y Ruanda. Parte del Equipo de Emergencia de Acción contra el Hambre se ha desplegado en la zona. La escasez de lluvias durante la última temporada agrícola, tras un periodo de sequía seguido de inundaciones en los dos años anteriores, ha obligado a declarar la situación de desastre nacional: 2,9 millones de personas están en riesgo de inseguridad alimentaria.

Los enfrentamientos entre las fuerzas del Gobierno de Mozambique y la oposición han provocado ya que más de 11.500 solicitantes de asilo mozambiqueños hayan llegado hasta la vecina Malawi. Si la tendencia no se revierte, esta cifra podría ascender a 30.000 personas  a finales de año. “La afluencia de gente es constante, con nuevas llegadas todos los días al campamento informal de Kapise y a diferentes ciudades del sur del país, ya que la presencia militar a lo largo de la frontera mozambiqueña empuja a la gente a buscar vías de paso más accesibles y seguras. Las condiciones de hacinamiento en Kapise y la falta de servicios en los demás lugares han obligado a reabrir el campo de refugiados de Luwani (que llegó a alojar un importante número de refugiados mozambiqueños durante la guerra civil de Mozambique y que finalmente se cerró en 2007), donde primero proporcionaremos asistencia de emergencia (rehabilitación de puntos de agua, instalaciones sanitarias, promoción de la higiene, apoyo nutricional, acceso a comida, material de abrigo…), para pasar a brindar soluciones a largo plazo en una segunda etapa”, señala Chiara Saccardi, responsable del equipo de emergencia de Acción contra el Hambre, desde Lilongüe.

Tres años de sequías e inundaciones

La llegada de solicitantes de asilo se inscribe en un contexto de emergencia por inseguridad nutricional que afecta al país. Malawi ha sufrido una serie de eventos climáticos extremos encadenados en el tiempo durante los dos pasados años. El retraso de las lluvias, seguido de fuertes precipitaciones que provocaron inundaciones generalizadas han dado paso a un nuevo déficit de precipitaciones que ha dañado el rendimiento de los cultivos y ha reducido su producción, sumiendo a 2,9 millones de personas en una situación de inseguridad alimentaria y obligando a declarar la situación de desastre nacional.

“La población de acogida ya viene sufriendo los estragos de la sequía en Malawi y su capacidad para apoyar a la población refugiada se ha visto muy reducida”, indica Chiara Saccardi. “La llegada de la población mozambiqueña que huye del conflicto puede generar tensiones por los escasos recursos disponibles. La situación podría desembocar en hostilidades y en el incremento de la vulnerabilidad de niños, mujeres embarazadas y ancianos entre la población de acogida. Si a esto le sumamos que la mitad de los solicitantes de asilo mozambiqueños son niños menores de 11 años, nos encontramos con un escenario muy delicado en el que es prioritario dar respuesta a las necesidades básicas más inmediatas de la población afectada y, a la vez, requiere estar apoyando al país con soluciones de más largo plazo y sostenibles”.

Actualmente, respondemos a las necesidades más inmediatas de agua, saneamiento e higiene el campo de Luwani mediante la rehabilitación de pozos y la instalación de letrinas, así como campañas de sensibilización para la promoción de la higiene. Asimismo, se están distribuyendo raciones de alimentos preparados y se está planificando el equipamiento necesario para montar baby tents, espacios seguros donde madres y niños recibirán apoyo psicosocial para afrontar el impacto de la catástrofe.